Fiesta interminable. 『JiChen』

Después de la fiesta

Zhong Chenle, 30 años, actor y modelo, padre de familia y casado.

Ya había logrado llorar de la emoción mientras su corazón sangraba al verse a sí mismo en un hermoso teatro con tambores y gente aplaudiendo en su nombre.

Tal vez se hubiera sumergido en la locura de no ser por su esposo, Jisung.

Al final habían decidido casarse, en el tiempo que llevaba conociendo al menor descubrió que este tenía depresión, creía que esa era la raíz de su poco esfuerzo para vivir, de su falta de sueños.
Pero no duró para siempre, Jisung hizo su vida y ahora la compartía con Chenle, siendo el mismo aburrido de siempre, ¿Realmente nada había cambiado?

Jisung era raro.

O eso pensaba Chenle.

— ¿No te gustaría viajar juntos por el mundo cuando Minki crezca? Seremos dos ancianos visitando lugares exóticos... — Habló el mayor, viendo de reojo al chico en espera de una respuesta.

— No realmente, pero podemos. —

— Jisung. —

— ¿Lele? —

— ¿Te hace infeliz mi estilo de vida? — Preguntó, era algo distinto a lo que solía preguntar, pensaba que al menor le faltaba algo en su vida para hacerla emocionante.

— No, me gusta mucho, eres genial, mágico, traes mucha magia a mi vida. — Se inclinó sobre la silla para besar los labios de su marido, porque Jisung amaba a Chenle, eso incluía la magia que este tenía en su interior. — El que debería preguntar eso soy yo, me gusta la vida tranquila, normal, no quiero apagar ese corazón de fuego que tienes, cariño. — Rozó ambas narices mientras lo veía.

Chenle se sintió bobo un segundo, no todos tenían sueños y eso estaba perfectamente bien, él también amaba la vida tranquila si era con Jisung.

— ¡Papá, las hormigas se comieron mi sándwich! — Un niño corrió hasta su padre sin zapatos y llorando a mares.

Ambos pensaban que tenían la mejor de las vidas.

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Jshdj no le presten atención a nada solo quería desahogar el sentimiento de vacío que tengo por no saber a donde ir o que hacer, pero como dijo Jisung, él propósito de la vida es la vida misma así que basta con solo respirar