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- ¡Cuídate!- gritó mi madre desde la puerta

- ¡Tú tranquila!- la respondí con una sonrisa mientras arrancaba el coche- ¡Os quiero!- lancé un beso al aire como despedida

- ¡Adiós peque!- se despidió mi padre con una sonrisa


Les miré una última vez para seguidamente salir de mi casa dirigiéndome hacia a Madrid.

Siendo honesta, estaba bastante nerviosa. Era la primera vez que conducía hacia un sitio bastante lejos.

Salí hacia la autovía y sonreí cuando vi un cartel en el que ponía Madrid y los kilómetros correspondientes hacia ese lugar.

Yerar, hoy voy a cumplir mi promesa.


(...)


Sonreí una vez entré en aquel apartamento. Inhalé profundamente mientras cerraba los ojos, apareciendo sucesivos recuerdos de lo que había vivido aquí, tanto buenos como malos.

Los abrí de nuevo con una sensación de alegría apoderándose de mi cuerpo, y me dirigí a mi antigua habitación para desempacar la maleta y guardar las cosas.

Había conseguido alquilar el mismo apartamento donde había pasado años estudiando aquí en Madrid. Al parecer, desde que me fui, nadie había querido alquilar este lugar.

Una vez guardé todo, cogí mi móvil y llamé a un contacto inmediatamente.

Al tercer pitido escuché de nuevo su voz.


- ¿Isabel?

- Sarita- contesté con alegría- ¿Estás en Madrid?

- Pues claro, donde voy a estar si no- respondió obvia- Espera espera- se quedó callada unos segundos- ¿¡Estás aquí!?- gritó con cierta alegría

- ¡Sí!- respondí con entusiasmo- Dónde estás que quiero verte ya, así nos ponemos al día de todo este tiempo

- Estoy en casa, ven y nos tomamos unas cervezas aquí

- Voy ya- contesté


Colgué la llamada y rápidamente, cogí mi bolso en el que guardé las llaves del apartamento, mi móvil y la cartera. El coche no lo iba a llevar, la casa de Sara estaba bastante cerca como para cogerlo.

Cerré de un portazo el apartamento y salí a pasos rápidos hasta la casa de Sara. Aceleré un poco más cuando vi su casa a lo lejos. Una vez estuve en el portal, llamé al telefonillo.


- ¿Si?- sonó desde la otra línea

- Isabel- respondí


Al instante se abrió la puerta. Entré y subí la escaleras hasta encontrarme su puerta. Una sonrisa cada vez más grande asomó en mi cara cuando escuché unos pasos acercarse a mí. La puerta se abrió, encontrándome con la chica que hacía tanto tiempo que no la veía.

Ambas nos miramos fijamente con una sonrisa, hasta que nos acercamos las dos y nos fundimos en un gran abrazo.


- Dios mío Isabel, cuanto tiempo- se separó Sara con una sonrisa mientras me miraba de arriba a abajo- Estás guapísima- fijó su vista a mis ojos

- Tú si que estás guapa- contesté con una sonrisa- El pelo corto te queda de puta madre- entré en su casa y me giré viendo su nuevo corte de peinado

Como Estrellas II (Bnet)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora