Capítulo 2: Un señor en mi habitación

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Un sábado de tarde, era verano; las clases habían terminado y los niños felices por haber acudido a una fiesta en la casa de Carlota, pues era una casa grande con piscina y terraza, había barbacoa, piñata y otras comidas ricas que trajeron las madres. lo más normal como un plan de fiesta bien organizado, lo que nadie sabía es que las alegrías no iban a durar mucho, sobretodo para Carlota.

Mientras sonaba en la radio, que en el pueblo se ordenó la busca y captura de un fulano, en el mismo momento se había colado un señor en la fiesta, que estaba escondiéndose de un grave delito.

Aprovechó en el momento que todo el mundo estaba distraído para subirse a la última planta, dónde se encontraba la habitación grande y bonita de Carlota, se escuchó un ruido era ella corriendo a buscar un pequeño y bonito regalo para su amiga Carmela, pero pronto se quedó parada cuándo vio que un señor con aspecto malicioso cerraba la puerta de la habitación, la hizo una seña con el dedo para que se quedara en silencio, ella estaba paralizada por unos instantes y pronto abrió su boca para gritar y este se la tapó con su mano gigante...

Carmela estaba buscándola por todas partes, decidió subir las escaleras hasta llegar a la habitación, por suerte la puerta no se cerró con pestillo, lo bueno que tenía Carmela es que era silenciosa, no sé habían escuchado sus pasos mientras habría la puerta.

Vio como el señor tapaba la boca de su amiga mientras la entregaba algo de dinero, pronto giró la cabeza al darse cuenta que se abrió un poco la puerta, Carmela se asustó y se fue corriendo.

Entonces este decidió saltar por la ventana que daba a la otra calle, y dejó allí a Carlota con mucho dinero, a cambio de no decir nada.

Carlota bajó como si nada, y no se percató de ninguna actitud rara hacia ella, parece que Carmela se lo había callado.

Lo cierto es que en ese momento estaba confundida, no sabía bien como actuar...

Pero las miradas de su amiga habían cambiado, y sin decir nada continuó la fiesta en paz y con diversión..

Pese a lo ocurrido Carlota de lo cansada que se quedó después de la fiesta, no pensó ni en contar el dinero que le dejó el señor, ni en el propio señor... Pues se había dormido directamente.

La Dama sin HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora