Capítulo 4: ¿Dónde está el dinero?

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Suena el teléfono, una llamada de un número extraño...

Gabriela: sí?
Dígame, Quién es?

Amparo: Hola!
-Soy Amparo, qué tal estás?
Te llamo desde la casa de la playa.
Verás tengo que contarte algo muy serio...

Gabriela se asustó, - dime...
¿qué pasa?

Amparo empezó a contar todo, y a continuación pidió a Gabriela que no dijera nada de que se había encontrado dinero en el bolso de su hija, o que fuera Carmela quién soltó la sopa, para que Carlota no odiara a su hija y dejaran de ser amigas.

Gabriela, sin pensarlo mucho, mientras Carlota jugaba en el jardín, subió directamente a la habitación de su niña, empezó a hurgar hasta encontrar una caja negra bajo la cama, la abrió y vió que junto al dinero había un papel
(ojalá fueras papá, te sentí familiar)...

Gabriela tembló por unos instantes y el corazón le iba a mil, una imagen fugaz de su ex marido pasó por su mente...

Gabriela no entendía nada, pero al tratarse de una niña no le dió mucha importancia a lo que había escrito su hija.
Respiró hondo y soltó a continuación: qué tontería, es imposible...

Aquella misma noche, llegó el señor y desde la ventana de Carlota, se encendía una luz roja constante, se asomó y vió quién estaba allí..

La estaba haciendo señas para que bajara rápido

Pronto tuvo una sensación rara y alegre a la vez, pues como era valiente hizo cuerda con unas mantas y bajó desde la ventana.

El señor sólo quería su dinero, mientras ella sonreía y este no dejaba de alterarse..

Tic tic, chasqueó sus dedos gigantes, - niña concentrate!
¿dónde está el dinero?

Sin más, le dijo que se pasara mañana por el parque que ella se lo entregaba.

Alterado la dijo, ¿no me estarás esquivando?
Ese dinero es lo único que tengo, más vale que lo tengas completo.

Carlota: no se preocupe señor de verdad mañana se lo entrego, se lo juro juradito, créame por favor ni si quiera lo toqué, lo tengo guardado bajo la cama.

El señor: shhh... Baja la voz niña, está bien, mañana me lo das en el parque rápido y discretamente, entendido?

Carlota: sí, sí lo prometo, hasta mañana.
Corrió hacía dónde bajó, tenía buena condición física y sabía escalar, ya que hacía prácticas de escaladas pues le resultaba fácil, además de que no era muy alto...

Al entrar por la ventana, rápidamente sacó la caja negra que se encontraba debajo de la cama, pero estaba vacía...

Carlota nerviosa soltó: Pero... Pero dónde está el dinero, lo.. lo había de-dejado aquí!!
¿Qué voy a hacer?

Empezó a buscar por toda la habitación..
Tal vez lo dejé aquí (hurgando en el armario)...
No, aquí (en los cajones del escritorio) tampoco!!...
Ahaa, aquí seguro! ( En los cajones de la mesilla) nada...

Respiró profundamente al sentarse, como si estuviera haciendo yoga... Ahooom, mmm, concéntrate Carlota ¿dónde habrás dejado el dinero? Cuestionandose así misma.

De repente soltó: no! me niego a pensar que lo dejé en otro lado, lo había dejado aquí debajo de la cama seguro, segurísimo joo. ( Hablando sola)

Carlota no lograba dormir esa noche, pensando en qué pudo haber pasado, dónde está el dinero, que hará mañana y así durante un buen rato, hasta que el sueño pudo con ella, y se quedó dormida.

La Dama sin HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora