Seng estaba sentado en el suelo doblando la ropa de Billy mientras el mayor regresaba de su revisión de rutina, antes de la operación era importante estar revisando que no tenga ninguna complicación.
Billy había regresado pero no hizo ningún ruido para poder aspirar mejor el aroma y concentrarse en los sonidos que producía Seng.
-deberia venir conmigo a Londres- la voz del mayor se escuchó y Seng solo se limitó a contestar
-no creo que la señora Patchanon quiera que valla- seng reconoció con tristeza -pero estaré aquí esperando al señor Billy-
-sigues llamándome señor Billy- le reprendió el invidente -he estado tratando con mi padre, se que el aceptará, yo necesito que estés allá-
Y es que Seng sabía que si iba estaría en todo momento al lado de Billy pero no quería tener ratos amargos con la madre de su jefe. Ella se sentía un alma bondadosa, aunque en realidad ni siquiera gozaba de beneficios normales.
Terminado una vez lo que estaba haciendo, Seng fue a la cocina, su amigo Nanon comía algunos sandwiches que le había preparado su madre mientras miraba al jardín, el chico se sentó a su lado y buscó cualquier cosa que su amigo estuviese mirando
-¿Qué miras?- preguntó Seng sacando a su amigo de sus pensamientos
-veo la posibilidad de irme lejos de aquí, buscar otras oportunidades, estudiar medicina y sacar a mi madre adelante- Nanon se terminó el último bocado del sándwich que se estaba comiendo y sacó de un lugar inimaginable, un botecito lleno de monedas y billetes. -quiero salir adelante, salvar muchas vidas y tener una casa aún más grande que está-
Seng sintió empatía por su amigo, se limitó a escucharlo hablar sobre su futuro soñado.
-vas a llegar muy lejos- respondió seguro -lucha fuerte y lo lograrás-
En la mente del lazarillo solo pasaba la idea de que Nanon era más fuerte que él y podía hacer muchas cosas. No le gustaba hacerlo pero siempre que se comparaba, le resultaba molesto estar enfermo y no poder hacer nada.
Odiaba su cuerpo. Quería hacer muchas cosas pero nunca lo lograba, aún con todo el esfuerzo. Solo pensaba en que llegaría el día en que moriría y dejaría de ser un estorbo para la familia de Billy.
Lo cierto es que Billy sabía que el joven se sentía así, y por más que intentaba cambiarle esa idea, pero llegaba la señora de la casa a recordarle cuál era su lugar.
"agradece que tienes un techo donde dormir, pero recuerda también que cuando quiera te saco de aquí, si no lo hago es porque el señor Billy te quiere con él"
***
Billy se acercó a tientas a su papá, y se sentó a su lado, el olor del cigarro lo fue guiando rumbo a la sala donde el padre yacía sentado en el sofá y miro a su hijo caminar hacia el. Como siempre el tabaco hacia más fácil para su hijo encontrarlo donde sea, sabía lo que quería y también Billy sabía que su padre no podía negarle nada.
-papá ¿Cuándo nos vamos?- Billy cuestionó curioso
-no falta mucho hijo ¿Por?- informó el mayor-quiero que Seng venga conmigo, si es por dinero yo pagaré todo- pidió el invidente sacando un costalito en el que llevaba algo de dinero -el chico había estado haciendo favores a los habitantes del pueblo y me entregaba las propinas a mí, no se cuánto dinero es pero espero que te sirva-
-Sabes que tu madre no querrá- le recordó
-yo quiero que valla y el irá- declaró y se levantó haciendo estruendo con las cosas que había al rededor, incluso la mesita de cristal en la que el se recargó para levantarse se quebró y uno de los cristales se incrustó en su mano derecha, no le importó, ni siquiera el dolor insoportable que sentía le impidió seguir caminando.
Seng lo vió horrorizado, lavó su herida y a sabiendas de que no podía quitarle el cristal también sabía que solo el podría hacerlo, Billy gritó al sentir el contacto del alcohol contra su herida, lo cual llamo la atención de la madre de Billy, quería entrar a la habitación pero el hijo de Nana no se lo permitió -son órdenes del señor Billy- Nanon se explicaba tratando con la poca paciencia que la mujer demostraba.
El lazarillo logró quitar el cristal con éxito y le lavo la mano con agua oxigenada, aún a pesar de haber perdido algo de sangre, la herida era pequeña y no necesitaba sutura. Una venda y listo.
-no debiste lastimarte así- luego de un largo momento de silencio Seng le hablo a Billy -estaba asustado de lastimarte más--no te preocupes, confío en ti- Billy acercó su mano a la cara del menor y la acaricio de manera brusca, Seng aceptó el gesto sin mostrar sorpresa. Era la manera del discapacitado de demostrarle afecto.
***
-Amor algo le pasó a nuestro hijo-
La madre de Billy entró al despacho del señor Patchanon
-lo sé, yo estaba presente, además eso es lo de menos, debes ver esto-
El hombre mostró a su esposa el pequeño costalito que su hijo le había dejado-estos son los ahorros de Seng- confesó -billy me los dejo para que pagara los viáticos del lazarillo-
-pero- la mujer quiso pelear pero el hombre siendo orgulloso decidió por primera vez apoyar la decisión de su hijo de llevar al menor con ellos.
-Seng irá, no hay otra opción- ella se sintió molesta. Sabía que ese lazarillo era importante para su hijo pero no lo aceptaba a pesar de todo. Menudo trabajo.
Cuando llegó la noche la señora Patchanon entró a la habitación de su hijo, que estaba acostado y se dirigió a Seng que estaba sentado de lado tomando la mano del invidente
-dejame a solas con mi hijo- le ordenó.
El chiquillo iba a obedecer pero la fuerte mano de su amigo recostado fue más fuerte-no te vallas, cualquier cosa que ella deba decir nos lo tiene que decir juntos.-
Ella rodó los ojos -nunca vas a cambiar-
-es bueno que lo sepas
-que te paso en la mano- cuestiono preocupada
-¿de verdad te importa?- la retó el
-ire al grano, tu padre dio su consentimiento para que Seng venga con nosotros-
Billy sonrió victorioso
-sin embargo yo no creo que sea buena idea que el valla- sugirió de pronto
-ya dije que el irá, y es mi última palabra, no quiero saber que haces algo para provocar que no valla, no te lo perdonaré- Billy terminó de hablar y le pidió a su madre que saliera de la alcoba. Solo Seng le daba paz, solo lo quería a el a su lado.
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Los Ojos Del Amor
Teen FictionCuando el amor no siempre es como lo pintan. Cuando das todo por alguien que literal no lo ve. Cuando no siempre puedes tener un final de cuento de hadas. "Me hizo un favor, le di las gracias"