4. Una voz desconocida pero agradable

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La mañana siguiente fue algo ajetreada. Los médicos habían llegado para tomar las muestras y los exámenes necesarios para la operación, fue además de todo, notoria la preocupación del mayor después de todo lo que estaba viviendo, era joven y tenía miedo de los resultados después de la operación

Qué pasaría si después de la operación no recuperará la vista, sería algo desagradable para el, no poder conocer la cara de su amado era algo inquietante para él.

Le asignaron un enfermero, su voz era tranquila pero al invidente no le convencía e insistía en que era mejor capacitar a Seng

-solo estoy tratando de ayudar

La voz nerviosa del chico se dejó escuchar
-ya tengo a Seng conmigo, gracias-

El enfermero tenía experiencia y supo lo que debía hacer
-mi nombre es First, les estaré ayudando hasta el día de la cirugía, no intento quitarle su trabajo a Seng-

-él no es mi empleado, es más que eso-
First entendió la referencia

-Por favor déjalo que te ayude-
rogó Seng calmando así al invidente
-sólo quédate cerca Seng-
-el enfermero parece buena persona-
Seng le decía despacito mientras First le tomaba los signos vitales

-Seng- El menor sabia lo que iba a preguntar
-¿cómo es el enfermero?-
-su piel es blanca y utiliza anteojos-

-si quieres saber cómo soy solo pregunta-

First interrumpió el momento y puso de los nervios a Seng
Era un tipo casi del tamaño de Seng piel blanca y cabello bien arreglado. Seng se preguntó en ese momento si de ser una persona normal sería como First. Su sonrisa era agradable para el dolor de fiel lazarillo.

-lo siento- Billy se disculpó
- solo que le pregunto a Seng como eres porque literalmente sus ojos son mis ojos-
dijo buscando la mano de Seng y apretándola con fuerza
-oh ahora entiendo, está bien, tus signos vitales son normales-

Eso le dio seguridad momentánea, First le explicó a Seng como ayudar de verdad al mayor. Como bañarlo sus medicinas las gotas para los ojos todo el tratamiento se llevó el trabajo de dos personas algo sencillo que Billy pudo hacer sin problemas. Seng guardaba todas estas cosas en su corazón

-¿Por qué eres tan pesimista?-

First salió a la terraza donde Seng estaba sentado mirando la nada

-lo siento, no te entiendo-

-he visto como nos observas cuando tengo que hacer algo con respecto a mi paciente, por lo regular tus ojos son nostálgicos y miras como si guardaras todo eso- declaró First

-no se trata de mi- explicó el lazarillo
- cuando Billy vea por primera vez su madre querrá separarme de él, no quiero pero la conozco y sé que no puedo remediarlo-

Las lágrimas inundaron a Seng y First se limitó a tomarlo de su espalda y tratar de calmarlo
-no pienses así- First aconsejó -Billy habla muy bien de ti, confía en ti más de lo que yo confiaría en un simple amigo, anda deja de pensar en eso y ve a hacerle compañía-

***

Seng entró en la habitación, había subido despacio para no llamar la atención de los padres de Billy, abrió la puerta y Billy le pidió que pusiera el seguro y que se acercara a él. El menor obedeció y se acercó lentamente hacia donde estaba el invidente quien busco la cara de Seng y este le facilito las cosas comenzando el beso. Billy tenía la sensación de que un simple beso no era necesario, lo abrazó y se aferró a su cuerpo por su mente pasaban preguntas debido a la reacción que tenía en su cuerpo con solo abrazar y besar a su compañero. Una Parte de su cuerpo pedía ser atendida con urgencia y los dos lo sentían.

-Señor Billy, eres un pervertido-
Seng se burló de él mientas veía su miembro erecto, agradecía que estuviera ciego y que no viera que estaba pasando la misma situación y se sentía apenado como para intentar hacer algo.
-estoy ciego, pero otras partes de mi cuerpo funcionan con normalidad- Billy se defendió y se tocó su miembro comenzando a frotárselo, Seng observaba esto en silencio y esto lo excitaba aún más, luego de esto Seng tomó valor y comenzó a hacer lo mismo con el miembro de Billy arrancando fuertes respiraciones. Billy quería más, ambos lo querían y aun sin la experiencia.
Ante los ojos cegados de Billy cada sensación se sentía diferente, lo sentía más suyo, aquí estaba Seng tomando su miembro y levándolo a la boca. El invidente odiaba estar ciego en ese momento, se alegraba de que en unos días podía ver este hermoso paisaje. Seng se preguntó que se sentiría si lo pusiera en sus glúteos como había visto algunas veces a su madre con algún desconocido que llevaba a la casa mientras él estaba ahí. Fue la sensación más extrañamente agradable, Seng lo cabalgó por fuera hasta que se corrió por primera vez, Billy seguía aún encendido y Seng sentía que quería más.
Guio la mano de Billy a su entrada y le habló al oído
-¿sientes esto?- el mayor asintió con la cabeza - puedes meter un dedo y...-
Billy no espero más invitación e hizo lo que Seng le pidió, este sintió como su entrada se fue abriendo
-o...otro m...más- para este punto Seng había perdido la vergüenza y después de que sintió que estaba listo el mismo ayudo a Billy a entrar en él. Al principio le dolía pero con el paso del tiempo se acostumbró y entonces comenzó a restregarse y Billy como por instinto comenzó a bombear con fuerza.
El menor sentía como el miembro del mayor rozaba fuerte en su interior mientras lo abrazaba con fuerza, sus gemidos y jadeos casi no se escuchaban porque el lazarillo apretaba con fuerza su boca a los labios de Billy
-si ella nos escucha vendrá y me sacará de tu vida, por favor no grites-
el chico trato de decirle y el mayor entendió. Llegaron juntos al clímax, Seng con la poca energía que le quedaba apenas alcanzó a balbucear un te amo que se quedó en la mente de Billy, su tacto brusco y los besos lo habían llevado a esto, no sabía que podía hacer esto. Su persona especial se había convertido en su maestro en las artes amatorias.

A la mañana siguiente First toco la puerta y Seng como pudo se levantó, levantó a Billy y se lo llevó al baño, abrió la puerta y First notó el desastre, se limitó a sonreír y quitar las sábanas para llevarlas a lavar encubriendo así lo que había pasado esa noche. Mientras se bañaban Seng veía el cuerpo de Billy, apenas y podía creer lo que habían hecho. Era la primera vez de los dos, Billy estaba feliz y sonreía
- también te amo- dijo de repente - por favor promete que cuando me quiten la venda te pondrás frente a mí, así sabré que eres tu-
el invidente le hizo prometer.
-lo haré-
Seng sonrió e hizo la promesa.

Los Ojos Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora