El Uno Para El Otro

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—Oye Lobo deberías ir ya a casa Diane te ha estado esperando mucho tiempo y hace frío, mañana te daré todo el reporte del lugar— podía notar la extraña sensación de Lobo su semblante había cambiado de gran manera y sin mencionar sus expresiones —Tomate un descanso lobo es una orden—

—Gracias Misty— las orejas bajas de lobo resaltaban al hablar era poca su expresividad su mirada parecía perdida en todo momento, el sólo se giró y saco de su chaqueta un paquete de cigarrillos el cual miró por unos segundos.

Diane se acercó a Lobo mirando cómo este se comportaba su mano sujetó el brazo de Lobo haciendo que este la miré —¿Amor estás bien?— su notoria preocupación era evidente y bajando sus orejas Diane miro los cigarrillos —creia que habías dejado de fumar—

Lobo solo podía verla el nudo que se formaba en su garganta no dejaba que ninguna palabra saliera, su pecho era apretado por tantas sensaciones juntas que solo podía pensar en sus amigos en ese momento —Diane ve a casa dile a la limusina que te lleve yo tengo que hacer algunas cosas antes de irme—

Soltando el brazo de Lobo y mirando aún lado Diane suspiró profunda mente mientras sus brazos la rodeaban —Bien te esperaré en casa— sin más que decir ella se marchó caminando hasta la limusina que esperaba a la pareja.
Mirando esto y no muy contenta por lo que pasaba Misty pudo ver cómo Lobo sacaba un cigarrillo y lo encendía para luego comenzar a irse —No se que pasa contigo Lobo pero solo diré que no cometas errores ahora que tienes tanto a tu lado, el pasado es pasado y ahora tú estás viviendo tu presente; no lo dañes—

Lobo por unos segundos se detuvo apretando el paquete de cigarrillos con fuerza y de reojo miró a Misty — como usted diga capitana— con esta palabras lobo se marchó soltando el humo del cigarrillo a su pasó.

Las horas pasaban las 2:30 AM marcaban en el reloj. Diane estaba sentada en la sala de su casa miraba el reloj de su celular mientras esperaba a Lobo, las luces de la sala eran las únicas que estaba encendidas en ese momento los muebles blancos era lo que más resaltaba y la mesa de cristal en medio de estos era donde Diane dejaba su celular.

La tv estaba encendida pero su sonido estaba en mute la soledad de la casa se podía sentir y escuchar, Diane se levantó y caminó hasta la cocina ya que estaba atrás de la sala era una cocina abierta con varias repisas y una gran isla en medió que servía de comedor, ella abrió un cajón para sacar un vaso y caminar hasta la nevera dónde saco un poco de agua.

A las afueras de la casa en la puerta principal era cuidada por un guardia de seguridad quien daba acceso o no a la propiedad pero cuando vio venir al señor Lobo este abrió el portón para que pudiera pasar.
—Señor Lobo buenas noches— amable mente lo saludó mientras lo miraba entrar.

—Buenas noches— respondió sin mucha emoción y tambaleando un poco Lobo caminaba a la entrada de su casa.

Pasando por el gran jardín delantero que tenía su hogar y caminando por el camino de rocas que había las luces que cubrían cada lado del camino se apagaron ya que al ser tan tarde Diane comenzó a pagar todo el casa para ir a dormir ya que resignada a qué Lobo no llegaría esa noche no tuvo mejor opción que esa.

Diane apagó la luz de la sala y dejo el vaso en la mesa central de la sala para luego tomar su celular pero cuando la puerta se madera se abrió ella miró la entrada —¡Lo…..¿Lobo? ¿Qué te pasó porqué vienes así? ¿Dónde estabas?— ella se acercó a Lobo ayudando a este ya que parecía que se fuera a caer —¿estabas bebiendo? Hueles a Whisky y vino— dejando a Lobo en uno de los sofás de la sala ella encendió la luz mirando a su esposo.

Lobo sentado y mirando a la nada ladeó su cabeza para ver a Diane —Los extraño….. he tratado todo este tiempo hacerme el fuerte y decir ¡Okey! Todo paso todo está bien ellos eligieron su vida pero yo…..los extraño Diane— las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras miraba a Diane tratando de ser fuerte pero ya no podía —eran mis amigos y lo abandone…..los tire a la nada como si nunca hubieran importado….. Serpiente, Tarántula, Tiburón, Piraña….eran mis amigos y solo los dejé ir……. Por dios los…..los dejé ir…..— Lobo no pudo aguantar más y solo comenzó a llorar con fuerza, sus lágrimas caían sobre su ropa mientras esté sujetaba su cabeza.

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