El espejo

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—¿Alguno lo ha encontrado? —preguntó por el auricular

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—¿Alguno lo ha encontrado? —preguntó por el auricular.

—No parece estar en el sótano —contesto Zane

—¿Por qué siempre tenemos que seguir a Ronan? —se quejó Jay.

—Es un cazarrecompensas, genio, —hablo Cole, molesto ante la actitud infantil de Jay—. Una inmensa mansión abandonada con más oro del que he visto en mi vida suena a su lugar feliz

—Hay que salir y esperar a que salga, este sitio parece un laberinto —propuso Jay.

Escucho un bufido antes de que Cole contestara—Si tanto te molesta puedes regresar al Bounty, nos encargaremos de esto

—Ustedes dos quieren dejar de pelear —los regaño Nya.

—Él comenzó —la queja de los dos hizo que se formara un zumbido molesto en la señal.

—Lo encontré —anuncio Kai—. Está en el ático del área este

—Vamos allá —medito un momento su respuesta antes de cortar la transmisión—. No te precipites Kai, no queremos que se escape

Corto la comunicación antes de que Kai tuviera tiempo de replicar.

Dio un vistazo a la habitación en la que se encontraba, ese lugar le daba escalofríos, podía sentir miradas clavadas en él a pesar de que se encontraba solo.

—Escalofriante

Los pasillos de la vieja mansión eran largos y laberíntico, algunas escaleras no hacían más que regresar te a la entrada principal sin importar en donde estuvieras, había puertas que no llevaban a ningún sitio o guiaban a una caída en picada desde los pisos superiores, las ventanas se podían encontrar en todas las paredes del lugar ya fueran las externas o las internas, era fácil perderse en un lugar así, toda la casa parecía haberse construido con el único propósito de guardar algo.

Eso era lo que más le inquietaba, Ronan era un cazarrecompensas, únicamente le importaba el oro, los artefactos mágicos no habían sido más que meros deslices en sus saqueos, si cada habitación estaba adornada con objetos que hasta él sabía que podían valer una fortuna, ¿que podía estar buscando Ronan que valiera el esfuerzo?

—Lo siento ninjas, —dijo Ronan sin apartar la vista del gran espejo que tenía frente—. Hoy no tengo tiempo para juegos

—¡Oh! Que bien, entonces podrías dejar de hacer lo que estés haciendo, hoy se estrena la nueva película de Fritz Donnegan

—¿Es en serio? —se quejó Kai.

—¡Perdón, por yo si tener planes! —replico Jay en un grito—. No podemos dejar de lado nuestra vida por gente como él —señalo a Ronan.

—Totalmente de acuerdo, —dijo Ronan ajustando unas sogas alrededor del espejo— así que, que les parece si ustedes dejan de ser héroes y me dejan terminar con... jo, amigo cuidado, podrías lastimar a alguien con eso —dio unos pasos hacia atrás cuando el sai de Zane se incrustó en la pared a lado suyo.

—Acabemos con esto Ronan, ¿para qué alguien como tú robaría un espejo? —pregunte.

—Un encargo, nada importante. No lo tomen personal, pero me dieron un tiempo límite

Enfrentarse a Ronan no era un problema, lo habían hecho cientos de veces en el pasado, pero era la primera vez que el cazarrecompensas se veía tan interesado en tomar algo que no fuera oro.

Algo se sentía particularmente extraño en esta ocasión, los contra ataques de Ronan eran más asertivos, quería terminar con esto rápido, y en algún punto ese sentimiento de carrera contra el reloj se apoderó de ellos también, aquella sensación de prisa se convirtió en angustia cuando las campanadas del reloj comenzaron a sonar.

Ellos no lo notaron, pero, para Ronan fue tan claro como el agua.

Otra campanada.

Los objetos en el reflejo comenzaban a invertirse.

Cuatro campanadas.

El reflejo se distorsiona.

Un silbido y "R.E.X" se encontraba fuera de la ventana.

—¿Demasiado cobarde para quedarte? —gruñó Kai en una burla al cazarrecompensas.

—Me encantaría serguir con esto, pero el tiempo se acaba

Siete campanadas.

La nave se aleja.

La octava y la novena suenan a la vez, una le hace eco a la otra.

Diez campanadas, el sonido dentro del cristal lo hace retumbar.

Al fin se percatan del abstracto reflejo que vuestra el antiguo espejo.

La habitación destruida.

—Salgamos de aquí

La habitación limpia, claramente alguien vive en ella.

Intentan correr, pero la puerta se aleja cada vez más, parece que no son capaces de moverse de su lugar.

Doce campanadas.

Hay un tirón y un tropiezo, cuando se dan cuenta todo ha cambiado de posición, derecha ahora es izquierda, las sogas en el espejo han desaparecido, y la habitación que hacía unos segundos estaba destrozada por la pelea, ahora se encuentra como en el momento en que entraron.

crossoʌəɹDonde viven las historias. Descúbrelo ahora