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—No es seguro tenerlos aquí sensei
—Tu ira te ciega Morro, mira bien, ellos no son tus enemigos
—¿Seguimos con el plan de escaparnos? —pregunto Jay mientras escuchaban la conversación al otro lado de la delgada capa del shoji.
Les era imposible seguir con la farsa de que aún se encontraban en su hogar, lo que sea que era aquel espejo los llevó a otro lado. Al igual que Alicia, al cruzar el espejo terminaron en otro mundo, solo que, en vez de uno lleno de fantasía sacado de la imaginación de un infante, ellos se encontraban en una copia fiel de su realidad, a excepción de algunos detalles como el que Morro siguiera con vida. Este mundo era tan similar al suyo, que una misma pregunta había surgido en ellos.
¿Por qué no estaban en el monasterio?
La puerta corrediza se abrió mostrando la forma de su sensei y del que en ese mundo seguía siendo su alumno.
—Ahora que todos estamos un tanto más tranquilos. ¿Podrían explicarme como es que llegaron aquí? —pidió el anciano maestro.
—Eso mismo queremos saber nosotros, estábamos cumpliendo una misión y al segundo después ya estábamos en este extraño mundo —hablo rápido Jay, tratando pobremente de controlar su histeria.
—Cruzamos un espejo —explicó neutral el nindroide—. Ronan, un cazarrecompensas de nuestro mundo, lo quería, el espejo comenzó a actuar de forma extraña, como dijo Jay de un segundo a otro ya nos encontrábamos aquí. Analice el espejo, pero no hay información de él en mi base de datos —agregó.
—Jamás había oído hablar sobre un objeto capaz de cambiar entre realidades —exclamo intrigado el sensei.
—¿Podría ser como el cristal del reino? —pregunto Cole.
—No —negó Wu, un poco sorprendido de que sus invitados conocieran tal objeto—. El cristal del reino sirve para viajar entre los diferentes reinos conectados a Ninjago, a pesar de estar separados, se encuentran unidos entre sí, no, lo suyo es algo más, viaja entre las realidades de un mismo reino —explicó.
—¿Cómo en las películas? ¿Eso quiere decir que tenemos una contraparte malvada? —pregunto Kai.
—Hay una probabilidad, es posible que existan variantes de ustedes mismos, que tomaron decisiones diferentes a las suyas, con características diferentes —explicó organizando las diferentes cartas de un mismo número de la baraja de póker que se encontraba sobre la mesa—. El más pequeño cambio puede crear diferentes realidades
No hacía falta preguntarse cuál fue el cambio que había originado ese mundo.
—¿Cómo podemos volver a nuestro mundo sensei? —pregunto Zane.
—Lamento decir que no lo sé, lo mejor por el momento será descubrir que es exactamente el espejo del que hablan. Me temo que algo muy malo podría pasar si cae en las manos equivocadas
