Omega y Alfa dos seres que pertenecen a diferentes jerarquías, una más baja que la otra. Ambas con deseos primitivos muy difíciles de controlar, sobre todo con las personas del subgénero opuesto y que no comparten algún lazo sanguíneo o cualquier ot...
Aveces cuando planeas algo, No siempre sale como deseas..
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"¿Que haces en mi casa?"
Aveces los cambios no suelen ser completamente agradables, en algunas ocasiones nos vemos obligados a realizarlos aunque no lo deseamos, mientras que en otras vemos estas como nuevas oportunidades para mejorar nuestra vida.
Para Hanagaki Takemichi era un poco de ambas. El no deseaba mudarse a Tokio, no quería irse de su pequeño pueblo pero no tenía otra opción. Vivir en Shibuya era una buena oportunidad para mejorar su patética vida y así poder escapar de aquellas cadenas que lo encerraban en una burbuja de mentiras y maltratos...
Aunque no esperaba que vivir solo fuera más difícil de lo que imaginaba.
Con esta se cumplía la tercera vez que se tenía que mudar de departamento, siempre tenía que haber una excusa para que él no pudiera quedarse, ya sea por qué su olor era demasiado fuerte, porque hacía mucho ruido o incluso por el simple hecho de ser omega.
Todo eso lo fastidiaba llevaba dos años en aquella ciudad y aún no se podía acostumbrar.
Por un momento en sus primeros días ahí creyó que no se marcarían tanto las jerarquías pero que equivocado estaba, aunque si bien esto era más soportable que su antigua vida, aquí por lo menos tenía su propio dinero, un trabajo estable y a pesar de que no lo pareciese habían muchas personas buenas en este lugar.
Estaba agradecido con todas esas personas, ya que sin ellas posiblemente no hubiera sobrevivido.
Suspiro cansado, mientras miraba el enorme edificio a donde se mudaría, estaba bien ubicada y le quedaba cerca del trabajo y la escuela.
Realmente se había sorprendido que un departamento tan grande así como que estuviera en una zona bastante buena tuviera un precio tan bajo, por unos momentos no pudo evitar plantearse que estaba embrujada o algo parecido aunque si lo estuviera poco le importaría, era un buen lugar y nada haría que se moviera de ahí.
Adentrándose al elevador y subiendo decidido a por fin instalarse en su departamento, recordando que la mudanza con sus poco muebles y algunas cajas llegaría más tarde, decidió que lo mejor era subir lo poco que había traído en el taxi y así ir acomodando su pequeño nuevo hogar.
Así que cuando llego a su piso detuvo el elevador, para después colocarse sus audífonos y con la música a todo volumen comenzó a llevar las tres cajas y sus maletas al departamento.
—¡Muy bien! ¡Esta fue la última caja! —Dijo orgulloso el pequeño omega mientras dejaba aquella caja encima de la barra de la cocina, no pudo evitar estirarse y suspirar satisfecho.
Dejando sus audífonos junto a su reproductor de música en la barra, miró su casa con una enorme sonrisa, este sería un nuevo comienzo y ahora no permitiría que alguien tuviera las agallas de sacarlo de aquella casa.
