El precio por enamorarse de mi era alto, pero creo que él sabía lo que estaba haciendo, yo tampoco era su tipo solo cumplía con sus pedidos porque nadie más los entendería y de cualquier forma me iría pronto de esta ciudad, ya no había nada que me atara y deseaba un gran cambio, pero no contaba con que cada vez sería más difícil alejarlo de mi así que debía recurrir a ciertas tácticas y quizás así podría darle fin a esto antes de que se convierta en algo más.
Unos días después de nuestro último encuentro no planeado me contacto de una forma bastante particular, me envió rosas rojas un gran ramo y en la tarjeta una dirección, día, hora y un sobre con dinero...como rechazarlo, las flores las tome como un chiste, pero bueno solo debía ir preparando todo ya que parecía que iba a ser diferente.
Una semana exacta paso y con mi bolso lleno de juguetes me dirigí a la dirección pactada, al llegar unos minutos más tarde quede en shock, donde diablos me había hecho venir, las puertas de una gran mansión se abrieron ante mí y no sabía si entrar que salir corriendo ni hablar de mi ropa la que no combinaba en lo absoluto con el lugar, él tenía sus secretos y yo los míos así que supuse que sería una muy buena oportunidad para que compitiéramos, lo suyo quizás era tener más poder del que imagine que tendría, tal vez si así era eso lo haría mucho más débil que yo, he esperado demasiado tiempo para volver a tener esta oportunidad.
Nadie me recibió como lo esperaba tan predecible, solo me invite a entrar siguiendo lo que creí eran señales para ello, pisos de mármol columnas que parecían bastante antiguas escaleras...clásico de película de terror, camine unos pasos y hasta había eco, todo estaba bastante lúgubre para ser un lugar tan refinado y mientras admiraba el lugar dando vueltas escuche pasos detrás de mí, los conocía, sabia de quien eran y solo me quede inmóvil esperando su reacción la cual no fue para nada la que me esperaba, sentí su mano con algo tapar mi boca y nariz, luego de allí nada más.
desperté y no podía moverme, me sentía mareada con nauseas, intenté soltarme, pero por alguna razón tenía un sistema de cuerdas que atravesaban mi cuerpo, como si fuera una marioneta.
-¿ Que es esto?, de verdad quieres jugar así ah- pregunte desafiante pero aun sin estar plenamente consiente
- Quizás debas darme más de esto, porque cuando logre soltarme ya no te divertirás-
- ¿Cómo puedes estar tan tranquila y segura que saldrás de ahí? dijo algo sorprendido de que no estuviese asustada
- Aww ya entiendo, ¿quieres que ruegue por mi vida eso te excita verdad?- una pequeña carcajada salió de mi algo agotada
- Si sigues mi juego te dejare bajar...-
- No tengo ganas de jugar hoy, no te preocupes bajare yo misma- comencé a moverme y las cuerdas se aflojaron
Podía ver como su rostro cambiaba de risas a preocupación lento y definitivamente eso me gustaba demasiado, quería hacerle daño pero primero debía jugar con él un poco, baje de las ataduras frente a sus ojos, mis movimientos eran tan sutiles que solo admiraba lo que sucedía sin mover un musculo, podía oler su miedo, era mi presa favorita como muchas más lo fueron antes, pero este tenía algo diferente, su piel la voz en su mirada algo más había, su sabor sería diferente entonces, me envolví en una manta y sentándome a los pies de la cama que estaba debajo de mi pregunte..
- ¿ Quien te crees que eres para traerme hasta aquí y tratarme como un maldito animal?-
- Yo...no quería disculpa yo...-
-¡¡Tu que!!, espero que este corto tiempo te hayas sentido poderoso porque se termina ahora mismo, no sabes quien soy ni que soy, debiste seguir obedeciendo, te advertí tantas veces que no jugaras conmigo, ¿ porque crees que acepte tan rápido tu propuesta?-
seguí cuestionándole mientras mis ojos se volvían oscuros y me acercaba a él como un depredador, su respiración era cada vez más fuerte a medida que llegaba, no importaba cuan fuerte se viera su cuerpo, solo era un pequeño ser indefenso para mí.
-Espera, podemos hablar esto no tiene que terminar aquí de esta manera, no quiero estar lejos de ti, no importa el daño que me hagas,¡ por favor detente ya!-
- Voy a hacerte pedazos y a disfrutarlo...-
Lo derribe con fuerza y lo tome por el cuello dejando espacio por su yugular en la que podía ver los latidos cada vez más fuertes y su desesperación, pero no luchaba por salvarse, solo me tomo de los hombros, cerro los ojos jadeando de terror quizás esperando la muerte, sabía que si lo tomaba ya no habría vuelta atrás, jamás podríamos volver a dejarnos no importa cuán lejos estuviéramos uno del otro.
-El tipo de bestia que soy te hara daño y vivirás así por siempre, quieres eso? -
- ¡Por favor solo hazlo ya! -
-Si hago esto jamás volverás a ser tu, te condenare para siempre sabes, serás mi presa por el resto de tu vida hasta que decida acabar contigo, ¿aun así quieres? -
Asintió con la cabeza y los ojos apretados tan fuerte que parecían doler, abrí mi boca y una lengua muy larga emergió esta sería lo que daría la estocada final a su libertad.
-¡¡Mírame!!- le ordené y abriendo su mandíbula con mis manos me metí dentro, mientras mi lengua se introducía el jadeaba por algo de aire
Mi cuerpo se estremeció de placer porque tenía todo el control de su cuerpo y mente, todo era mío incluso su amor al mismo tiempo mientras lo perdía supe que no podía seguir así debía detenerme pero era tarde para ambos, con algo más de fuerza la afilada lengua perforo su estómago desde dentro, me aleje un poco y mientras me veía a los ojos confundido lo supe, de verdad me amaba, eso es el amor? me pregunté y así se termina para mí, fui, soy y seré un monstruo.
Lo sostuve conmigo hasta que se sintió frio, cerré sus ojos y salí de allí, cubierta de su sangre me senté en las escaleras de la entrada con la mente vacía y luego de un par de horas lo sentí...
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My Paradise
Storie d'amoreUn simple anuncio se termina convirtiendo en el peor de los destinos para estos dos desconocidos.