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Habían pasado ya dos meses desde que habían llegado a Liverpool, la ciudad parecía estar húmeda y fría casi siempre, nublada y triste o eso le parecía a Yoongi, en las calles las personas iban y venían pues la vida no se había detenido ni por el h...

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Habían pasado ya dos meses desde que habían llegado a Liverpool, la ciudad parecía estar húmeda y fría casi siempre, nublada y triste o eso le parecía a Yoongi, en las calles las personas iban y venían pues la vida no se había detenido ni por el hijo del Narco.

Las ambulancias se escuchaban en los alrededores de un edificio blanco muy alto, donde las carreras de los médicos era constantes y el olor a alcohol etílico y medicinas era el diario vivir, todo aquello era de pesadumbre para Min, quién estaba sentado frente a la camilla del valiente joven que arriesgó su vida para probar la lealtad del nuevo hombre de confianza de su padre sin saberlo.

Yoongi tenía sus manos entrelazadas sobre la camilla, su expresión era de preocupación porque no veía una mejora en el funcionamiento cerebral del joven V, como solían llamarlo, lo habían tenido que inducir en un coma y entubarlo porque su cuerpo había sufrido tanto daño que el dolor que sentía era incontrolable y lo único que lo controlaba era la morfina pero esta estaba acabando con su vida al mismo tiempo que aliviaba el dolor, ahora sabían que debido a eso su mejora era demasiado lenta.

─ ¿Cuánto tiempo más piensas vacacionar?, la vida sigue Taehyung, ya probaste que eres un enigma que nadie puede descifrar, ya es justo que hagas un esfuerzo por volver, me aburro mucho esperándote ─ dijo con un tono fraternal mientras veía todas aquellas pantallas y más aparatos que estaban ahí, escuchaba el sonido que hacía esa máquina que controlaba la intensidad de sus signos vitales y lo veía a él después de su recorrido por la habitación, se sentía orgulloso de saber que era valiente pero sentía pena al pensar que podía rendirse y marcharse de verdad.

Pero como era de esperar, no hubo respuesta por parte del menor, era agotador estar ahí a diario sin que nada cambiara, a veces internamente le reclamaba por haberse arriesgado de esa manera sabiendo el costo de su cabeza para el clan del Narco, pero luego recordaba que él no lo sabía y siempre había creído que Junho era su padre al que amaba y respetaba, pero sin importar aquello sabía que Jin le había mentido para protegerlo de sus enemigos aunque no contó con la traición de uno de sus mismos hombres, por fin dejó de pensar tanto y se marchó.

Salió de la habitación privada de uno de los hospitales más caros de Inglaterra y más grande de la ciudad, The Royal Liverpool, no les importaba gastar una fortuna en el cuidado de Taehyung, lo querían de vuelta y estaban haciendo hasta lo imposible por salvarlo y que recibiera los mejores cuidados, caminaba por los pasillos del lugar perdido en sus pensamientos cuando su teléfono celular comenzó a vibrar, lo sacó y revisó para luego responder la llamada, casualmente tenía el código +82 que le decía que la llamada provenía de Corea Del Sur, sabía perfectamente quienes eran los únicos que conocían su número y que podían llamarle.

─Dime ¿Qué pasó? ─respondió aquella llamada, siempre que salía de esa habitación tenía esa expresión de tristeza, cansancio y nostalgia, algo que podía notarse en su voz.

─ ¿Estás en el Royal, no es así? ─ cuestionó la voz de quién efectuaba la llamada, aquella persona conocía perfectamente bien a Yoongi pues era su mejor amigo desde hacía mucho y ahora le había confiado su tesoro más amado, su hijo pues quién llamaba no era nada más ni nada menos que El Narco, Jin.

─Estoy aquí, ahora me dirijo a una reunión, necesito ocupar mi tiempo y llevar tus negocios es entretenido pero siempre tengo demasiado espacio, así que como te dije el otro día, pondré mi propio bar aquí ─ prosiguió el rubio mientras llegaba al estacionamiento donde una Range Rover lo esperaba para llevarlo a su destino con su comitiva de seguridad, subió sin cortar la llamada, ahora el equipo de V se encargaba de cuidar de él en la habitación y los alrededores del nosocomio más ahora que se sentían responsable por lo que le había ocurrido a su jefe días atrás.

Hablar con Jin siempre hacía sentir bien a Yoongi porque se sentía alejado de todo lo que alguna vez lo calmaba y por lo mismo buscaba abrir de nuevo su bar, para poder despejarse, ahora tenía una cita con una mujer que tenía a su servicio chicas que podrían ser las bailarinas de las noches especiales del nuevo lugar de diversión pero había algo peculiar en esa especie de agencia y es que la mujer sabía manejar negocios con gánsteres y narcos por lo que su gente era entrenada para poder brindar seguridad a quién las contratara, era una mafia llamada "Las muñecas asesinas".

Min sabía perfectamente con quienes debía tratar para poder tener un lugar seguro, pensaba también que tenía que proteger a Taehyung y todo lo que hiciera debía ser en pro de eso, los enemigos que tenía el Clan del Narco eran muy poderosos y en un descuido podrían saber que el joven Kim se encontraba con vida y encontrar su ubicación, ser Yoongi con aquella responsabilidad no era nada fácil pero él no era para nada cobarde y siendo parte del Clan se sentía honrado de servirle al gran jefe de ese modo, ahora que él se hacía cargo de la base central.

Habló durante el camino con el padre de su protegido poniéndolo al tanto de lo que los médicos le habían dicho en los últimos días con respecto al paciente, muchas veces escuchar lo mismo no era nada alentador pero era su deber informarlo por doloroso que fuera tenía que decirlo, pero al saber que había llegado a su destino supo que debía colgar y así lo hizo, bajó de la gran camioneta blindada y se detuvo a admirar aquel edificio, supo que estaba siendo vigilado por cámaras de seguridad que lo veían de diferentes ángulos, entonces sonrió picaresco.

─Este es el primer día de mi nueva vida... ─ dijo con la misma expresión.

 ─ dijo con la misma expresión

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