Todo lo que pasamos juntos-Daniel Ricciardo

Dormir

Salimos de la habitación a carcajadas mientras él sostenía mi brazo, por fortuna mi habitación estaba a menos de diez pasos así que fuimos capaces de llegar hasta ahí

-Shhh- me reí mientras intentaba abrir la puerta

-Y la vez, que, que en, casi te rompes el brazo, montando mi bici de montaña- explotó al terminar de hablar

-Me hice daño- le replique mientras señalaba y caminaba de espaldas

-Hasta tu padre te dijo que no era nada y seguías enfadada- se rió mientras caminábamos por la habitación

-¡Cuidado!- gritó Daniel poniendo la mano detrás de mi cabeza que estaba punto de chocar con una estanteria

-Mierda...- dijé al verlo tan cerca de mí

-No hace falta que te golpees ahora- rió mientras seguía tan cerca

Me quedé viendo su boca unos segundos antes de despertar y apartar mi cabeza de su mano

-Gracias- sonreí tan cerca que pude ver sus ojos no color marron sino miel más bién tirando a claro

Él bajó su mano para dejarla a su lado pero en ese movimiento rozo mi cadera lo que me puso los pelos de punta

-Creo que... voy a dormir un poco- respondí recobrando el sentido

Pasé por su lado y caminé hasta mi cuarto

-Yo debería irme...- dijó él

-No vas a conducir así- le señalé mientras

-Soy piloto- respondió él riéndose

-No voy a dejar que conduzcas por muchos campeonatos que ganes, te quedas aquí- le ordené

Él suspiró haciéndome caso mientras yo me moví hasta mi cuarto y él se tumbó en el sofá

-¿Vas a dormir ahí?-

-¿dónde si no?- dijó él

-No voy a dejar que duermas en el sofá y aún menos si mañana es día de quali, aún que quiero lo mejor para mi equipo no voy a sabotear a los demás- me cruzé de brazos mientras él avanzaba

-¿Vamos a dormir juntos?-

-Tu lo has dicho Daniel Ricciardo, dormir- sonreí mientras sacaba mi pijama pra entrar en el baño

-Vuelvo enseguida-

Me cambié y lavé mi cara para volver a salir y encontrarme al Australiano sin camisa en la habitación mientras la dejaba encimada de la mesa

Me quedé unos segundos mirando su espalda ante de que se girara, mis ojos pasaron por todo su prefecto cuerpo, caray que abdominales, sus tatuajes llamaron mi atención y me quedé admirándolos

Él sonrió al ver donde iba mi vista y luego se sento en la cama y se estrió dejando su móvil en la mesilla de noche

Recapacité y me tumbé en mi lado de la cama al igual que él mirando su cara

-No has cambiado nada- comentó mientras apartaba los mechones de pelo de mi cara con su mano

-Tu tampoco, a parte de los tatuajes...- observé su brazo

Un impulso me hizo pasar mi mano acariciando sus tatuajes hasta llegar a uno que reconocí, era una flor en su muñeca, respasé la silueta antes de volver a mirar su cara

-Eso es lo que creo...-

-Queria recordar los buenos tiempos lejos de casa, no tuve tiempo de enseñártelo- una sonrisa melancólica se formó el sus labios y yo me removí en la cama acercándome más a él