02

53 8 11
                                    

-¿Me puedes explicar qué pasa contigo?

Killua al reconocer aquella voz suspiro con pesadez mientras dejaba de escribir en aquellos informes. Últimamente los más cercanos dentro de su círculo estaban agarrando la mala costumbre de entrar a su oficina sin avisar, entre esos estaba Gon.

-Hola amigo mío, estoy bien. Gracias por preguntar y preocuparte. –sonrió con travesura al notar el fastidio en el rostro de su mejor amigo.

-¡No estoy para bromas! –tomó asiento frente a el. -¡¿Cómo se te ocurre pedirle el divorcio a tu esposa y de esa manera?!

La sonrisa del albino desapareció de improvisto cambiando a una expresión seria.

-¿Cómo te enteraste?

-Mierda... -reprendió mentalmente el moreno mordiéndose la lengua disimuladamente.

El azabache no pudo evitar sus inmensas ganas de golpearse a sí mismo en esos momentos. Si bien se había enterado por Alluka el día anterior a ya pasada una semana de lo ocurrió. La Zoldyck por más que intento no decir nada respecto no pudo aguantar la presión, contándole todo con confianza a Gon para desahogarse.

-¡E-eso no es lo que importa!

-Conociéndote sospecho que fue Alluka. –dijo el albino alzando una ceja con curiosidad. -¿Estoy en lo cierto?

Ante eso, el moreno no pudo evitar ponerse algo nervioso, le había prometido a su amiga que no diría nada pero jamás sirvió para mentirle a los demás. Siempre fue pésimo para eso.

Su idea principal era sacarle información a Killua tratando de disimular el hecho que ya lo sabía, pero no negaría que al enterar de los hechos se dejó llevar por la impresión.

-Si... Fue Alluka. –respondió el resignado a decir la verdad. En serio no servía para las mentiras.

-Con que ya se enteró ¿eh? –suspiró el albino con cansancio. –Eso explicaría por qué ha estado evitándome toda la semana.

No estaba sorprendido ante las acciones de su amiga, no era fácil cargar con todo eso sola puesto que a ella también le estaba afectando que su hermano mayor actuara así tomando esa decisión. Sin contar que le dolía mucho ver sufrir a la chica que es como una hermana.

Él sabía lo que era cargar con eso, lo entendía perfectamente, pues... Siempre supo de la relación de su mejor amigo con su secretaria.

Y bien que tuvo que lidiar con eso solo.

Gon era la única persona que sabía de ese amorío desde que empezó hace cinco meses hasta el día que Killua le pidió el divorcio a su esposa, y a pesar de que lo regaño, persuadió de que estaba mal y que nunca estuvo de acuerdo con que quebrara su fidelidad como esposo, lo dejo tranquilo.

¿Por qué?

Porque sabía lo que es poner límites y con eso era consciente de que Killua, más que ser su mejor amigo, es un adulto de veintiocho años suficientemente cuerdo para saber que estaba haciendo. Así que no podía estar todo el tiempo pegado a él como un padre reprochándolo.

Por más que él también le tuviera cariño a Xion y que de verdad intento hasta donde pudo para que el albino dejara de engañarle y que no cometiere un terrible error, no rebasaría los limites.

Lo hecho ya estaba hecho.

-No la juzgo, yo haría lo mismo si no fuera porque ya sabía sobre tu amante. – murmuró con un poco de culpa. –Pero Killua... ¿Un divorcio? ¿Estás seguro?

-No voy a discutir eso contigo, Gon. Ya tome mi decisión. –espetó con pesadez. –Quiero estar con Canary y no pienso dar marcha atrás.

Gon suspiro, sabía que el albino más allá de ser orgulloso, es alguien muy seguro de sí mismo cuando de decisiones se trataba.

Opportunity | [Killua Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora