La corta comunicación que tuve en toda mi vida

Tom.

Esto es real.

Tan real como la frase que leí y como lo que dije.

"El día que un hombre que no sea mi papá me pegue, voy a devolverla mucho más fuerte. Pienso denunciarlo y no callarme"

Y vos fuiste esa excepción.

Me quedé muda, shockeada cuando vino el primer golpe.

Cuando vino el segundo no sabía que hacer, no te reconocía, lo juro.

Después del quinto deje de contar, estaba más concentrada en llorar en el piso. No había otra alternativa.

Cuando quise defenderme de vos, solo me gritaste, me insultaste, me empujaste y seguiste golpeándome en el suelo.

¿Vos sos conciente que ni siquiera a mi novio le dije esto?

¿Sos conciente que cuando llegue a casa, antes de entrar, tuve que correr a lo de Macarena a pedirle una base hasta que se me vaya todo eso?

¿Sabes cuál fue la reacción de ella? ¿Cuáles fueron sus palabras? "Hablaron mal de otra frente de él, ¿no?". Y solo supe asentir, sabía que ya había pasado con Emilia, "Me dijo que no la conocía". Lo único que salió de mi boca.

Me cuesta creer que me hayas pegado, y me cuesta creer que no haya echo nada más que llorar mientras recibía tus golpes.

No va a quedar en el olvido, lo aseguro.

Se que Joaquín te va a tomar ¿odio? bueno, capaz que solo se enoja, no se.

También se que te importa muy poco.

Y también se que estoy hablando con un muerto.

El que Joaquín lea esto, está en las mayores probabilidades a que yo me vaya de la secundaria sin previas.

No hay nada que pueda yo hacer para que él no lea esto, y la verdad que me hace feliz.

Al final, esto de hablar con vos, si en verdad esto me ayuda a relajarme, a calmar este puto ataque, bienvenidas sean las ganas de escribir.

Mamá me tiró tu remera y no sabes lo liberada que me siento, por fin te estoy soltando, vos y yo vamos a vivir felices al fin.

Y no te pienso, te juro que no lo hago.

Te extraño, si. Pero ya no siento necesidad de tenerte a mi lado.

En verdad siento que me saque en peso de encima al hablar de esto, de contar mi versión de la historia, aunque ya no pueda contársela a ellos.

Me siento mucho más suelta, puedo vivir más relajada y estar sin el miedo de que alguien hablé mal y me vuelvas a poner un dedo encima.

Chau Tom, anda a ser feliz en dónde quiera que estés.