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Hoseok se despertó llorando, agitado y temblando de una horrible pesadilla. Había soñado nuevamente con ese viernes por la tarde en la que arruinó la vida del castaño por completo.

¿Cómo pudo desechar aquel amor tan bello que Hyungwon le tenía?

—Nuevo día, nueva oportunidad. —suspiró viéndose al espejo.

Había comprado un pequeño alfajor de frutos rojos para obsequiarle. Esperaba que aún le siguieran gustando.

Le platicó a Seulgi cómo se sentía en esos momentos y ella fue firme en recordarle que cuanto antes hablara con Hyungwon, sería mejor.

Ahora era una persona nueva que había sido capaz de mejorar con el paso del tiempo, alguien que supo. reconocer sus errores y que buscó ayuda profesional para lidiar con ello. La mejor decisión que había tomado hasta ahora, fue irse de su pueblo y alejarse de toda su familia, la cual ahora lo odiaba por ser un maricón. Comprendió entonces cómo se sintió Hyungwon aquel día.

Aún se sentía culpable por no haberlo apoyado, pero él era alguien ingenuo y con una visión distinta en ese entonces.

Su familia le importaba demasiado y no quería perder los abrazos de su madre, o el salir a pasear en bote con su padre... No quería que por su culpa los juzgaran a su alrededor...

Y al final, fueron sus padres quienes lo echaron cuando les confesó su orientación sexual. A quienes él había elegido sobre Hyungwon, le dieron la espalda y mágicamente dejaron de amarlo, de tratarlo como una persona. Pasó a ser un nadie en su propia casa.

—Esto es para ti... Buen trabajo el día de hoy. —le tendió aquel snack, nervioso.

—Gracias. —suspiró, algo cansado, mientras le aceptaba el regalo.

Hyungwon había decidido que de nada servía ser malo, pues eso no aliviaría su dolor y tampoco lo disfrutaba. Si Hoseok había sido una mierda, él simplemente sería mejor. No iba a rebajarse a ser tan condescendiente como lo había sido los primeros días.

—¿P-Podemos hablar en la semana? —al terminar de decir aquello, los ojitos de Lee se llenaron de lágrimas.

—¿Uh? —dijo confundido— ¿Para qué?

—Porque necesito hablar contigo...

—Puedes hablar ahora. —se encogió de hombros.

—A solas... —mordió su labio— Luego de eso, la sesión de fotos terminará y no creo que quieras volver a verme. —su respiración se había agitado— P-por favor... — pidió.

—Bien. —asintió, comenzando a caminar hacia la salida del estudio— Deja de llorar.

—S-Sí...  —sorbió su nariz.

Hoseok no esperaba un perdón inmediato, siquiera sabía si algún día lo obtendría. Pero hasta entonces, necesitaba intentarlo y remediar todo lo que había lastimado.

JAMAIS VU // 2WONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora