I- Diamond (Pillow Princess)

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"Liu Qingge descubre a Shen Jiu disfrutando su cueva en almohadas y no es tan aterrador como piensa."

*

A Liu Qingge, uno de los mejores caballeros de su reino, le habían encargado explícitamente derrotar, mejor dicho: Matar, Al dragón que asechaba a otro reino cercano. Solo podían confiar en aquél dios de la guerra incapaz de perder alguna batalla. Sobraba decir qué era el más indicado. 

Tenía en su mente la descripción de aquella criatura. Grandes cuernos rizados y afilados al final de sus puntas, escamas verdes, relucientes, vibrantes como el  jade. Garras despiadas y uñas afiladas. ¡Y no hablar de sus colmillos feroces! Aquella bestia de gran tamaño era abominable. quemaba los cultivos, se comía las ovejas, cabras, vacas y caballos. No respetaba y robaba objetos brillantes. Nadie podía pararla. 

Liu Qingge sabía que un dragón no era cualquier cosa. Preparó su mejor armadura, afiló su mejor espada y galopó hacia las cuevas que eran su hogar. 

Al ingresar el olor a descomposición era fuerte, en la entrada había desechos de carne animal en mal estado y montón de huesos. Miró con frialdad aquél frío indicio: un animal. Sin miedo ingresó a aquella cueva. 

Liu Qingge estaba seguro de siempre creer lo peor de todos y todo que era distinto de lo que le habían inculcado. Existía el bien y el mal. Era blanco y negro. 

Así cuando frente a sí encontró a un hombre con el cabello largo, espeso, negro como cuando derrochabas tintas en el papel y caía fluidamente desde la mesa al suelo; con un par de cuernos grandes y puntiagudos salir de cabeza, una humana, de tez nívea, completamente blanca como la porcelana, se estremeció. Estaba acostado boca abajo, vistiendo unas túnicas sueltas verdes en lo que parecía ser una cama de almohadas de plumas suaves y rechonchas. A su al rededor, rodeado joyas, diamantes y monedas de oro. 

Estaba pintando con pigmentos un abanico de papel. totalmente concentrado, totalmente magistral. 

La mirada de aquél hombre era fría, verde cómo el veneno. Al hacer contacto visual con él, esta se encendió. Liu Qingge por primera vez en su vida sintió flojo su agarre. 

Estaba destinado por primera vez a perder aquella batalla. 

Ese dragón no era tan aterrador como pensó, sí que parecía ser una fiera, pero una que le gustaría poseer. 

*

Notas de autor: En mi defensa, pensé que la Liu Jiu week empezaba hoy jaja, pero bueno a ver si logro escribir el otro hoy :) Espero les guste <3 

El dragón de la montaña que conoció el amor | #LiuJiuWeek 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora