VI

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...Entonces te veo.

Mi corazón parece desbocarse cuando mis latidos incrementan de manera exponencial; mi garganta se seca y el aliento deja mi cuerpo.

Allí estas, tu cabello esta recogido y no suelto al aire como te vi llevarlo casi toda una vida, tus ojos no resplandecen con ese brillo especial que me impulsaba a ponerme de pie y avanzar incluso cuando todo quería verme en el suelo, tu ropa es oscura y no hay rastro de los vivos colores que modelabas con esplendor y sencillez... eres tu, pero no pareces tu; solo veo una sombra de aquella mujer que podía mover y estremecer mi mundo con solo una sonrisa.

Detrás tuyo está mi hermana, tu amiga incluso antes de que yo te conociera, y al igual que tu, ella parece ser solo un cascarón vacío de lo que realmente es.

Vuelvo a observarte, justo a tiempo para verte caer en el sillón y tapar tu rostro con tus manos, en poco tiempo tus débiles sollozos inundan la habitación ocasionando que mi pecho se apriete y escalofríos me recorran el cuerpo. Annie se acerca y te abraza en silencio como algunas veces me vió hacerlo y en el mismo silencio agradezco aquel gesto.

-No puedo con esto-

Tu débil y sollozante susurro hace que mi pecho se apriete aun mas, obligándome a llevar una mano hacia el, en un intento de atenuar aquella sensación.

-El debería estar aquí, en nuestro hogar, junto a mi-

Tu voz está rota y temblorosa, tus palabras, llenas de tristeza y rencor.

"Aquí estoy, aquí siempre estaré".

Annie te brinda una mirada maternal mientras suelta tu cabello y empieza a pasar sus dedos entre el.

-León tenía una creencia, solía decirla en momentos como estos. Decía que solo se vive una vez-

Empezó a hablar con calma, aunque un leve temblor aun podía captarse en su voz. Luego levantó tu rostro con gentileza limpiando tus lágrimas.

-Pero si lo haces bien, una vez es suficiente-

Esta vez toma tus manos mientras pequeñas lágrimas resbalan por las mejillas de ella también.

-Y creeme que para él, el solo haberte conocido, hizo que toda su vida valiera la pena-

Lo hizo... es lo que mas ha válido la pena.

Su voz se fue cuando los llantos empezaron a salir desde el fondo de su garganta y ambas se abrazaron.

-...Sabes-

Retomó la palabra Emma con aquella voz tan débil después de algunos minutos.

-El solía decir que yo era perfecta en todo sentido y aún asi lo amaba., que ese era el único defecto que tenía... pero siempre fue lo contrario-

Una pequeña sonrisa melancólica nació en sus labios, mientras las lágrimas seguían corriendo por su rostro y mi pecho no hacia mas que seguir presionando y las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.

-Creo que lo mínimo que puedo hacer es vivir tratando de ser la mujer que él siempre vió en mi... y poder verlo a la cara cuando llegue el momento-

Y entonces levantó su vista, dirigiendo sus lagrimosos ojos en mi dirección y yo le sonrío.

"Para mi siempre fuiste esa mujer".

Sweet MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora