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"Los finales son el comienzo de algo"

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"Los finales son el comienzo de algo"

Me bajé de mi auto tratando de analizar lo que estaba apunto de pasar. Yo, Ana Prentiss estaba a punto de entrar a encontrarme con Nick Fury para hablar sobre mi trabajo y SHIELD. Tomé una gran bocanada de aire y acomodé mi cabello mientras entraba a las instalaciones donde una mujer alta con unos ojos café claro me esperaba.

-Ana ¿verdad?- yo asentí con la cabeza- mucho gusto, soy Rubí

-hola- sonreí a medias

-seremos compañeras de equipo- ella sonrió amablemente, quien la veía así de alegre no creería que seria una agente de shield.

Me guió hasta la oficina de Fury y dijo que me esperaría afuera para luego ir por mis trajes y darme el horario para los entrenos. La puerta de la oficina se abrió abruptamente y salió de ahí un capitán América bastante enojado, casi me golpea pero fui más rápida y me eché hacia atrás mirándolo, nunca lo había visto en persona y era mucho más simpático de lo que se veía en fotos.

-señorita Prentiss- Fury me sacó de mi trance y lo miré apenada

-disculpe señor- entré a la oficina

-bienvenida a SHIELD- sonrió a medias- se que el cambio es grande pero espero los meses de inducción te hayan servido para acoplarte- yo asentí y saqué de mi bolso el contrato que me habían enviado a mi casa para firmarlo

-gracias por la oportunidad señor- extendí mi mano- no lo decepcionaré

-eso espero- se rió y tomó mi mano; salí de la oficina y ahí estaba ese hombre que anteriormente casi pasa encima de mi y Rubí quien se veía emocionada. Mi mirada conectó con la de él y suspiré al sentir su poder.

-mucho gusto, Steve Rogers- estiró su mano y la tomé lentamente

-Ana Prentiss- dije

-disculpa por lo de hace un momento, no fue mi intención- se encogió de hombros

-no se preocupe señor- solté su mano- todo esta en orden- bajé la mirada porque la de él me estaba quemando

-eres la chica del FBI ¿verdad?- yo asentí nerviosa- entonces nos veremos por ahí ¿cierto Rubí?

-claro que si- habló la mujer- Ana esta asignada a nuestro escuadrón, cuando nos necesite estaremos con usted

-perfecto- sonrió- nos vemos Ana- me miro y yo esboce una pequeña sonrisa- Rubí- los dos se dieron un breve abrazo amistoso y este se marchó dejándome con el corazón a millón por hora, era uno de los hombres más hermosos que he conocido en el mundo.

-tierra a Ana- me llamó Rubí- vamos, tenemos que darte tus trajes, puedes usar la habitación del escuadron cuando lo necesites, no es obligatorio que te quedes aquí a menos que Fury o alguno de los vengadores nos necesite

-¿vengadores?- la miré expectante

-si, a veces ellos nos necesitan en sus misiones- se rió- he trabajado en algunas con Steve y es muy bueno

-¿y hace cuanto lo conoces?- fruncí el ceño

-llevo 4 años aquí y pues...verlos tanto nos hace en cierta parte amigos- se encogió de hombros- cuando entras a este mundo te quedas aquí y tu única familia son las personas con las que trabajas

-tienes razon- dije en un murmullo que ella escuchó- en el FBI mis compañeros eran todo lo que tenía y si alguno llegaba a tener una relación que no fuera con nosotros- suspiré al recordar mi ex novio muerto- ya sabes...- ella asintió y luego negó con la cabeza

-desgraciadamente el precio a pagar por esta vida es asi- ambas nos sonreímos y entramos a la habitación.

Decidí quedarme ese día ya que tenia que seguir entrenando y aunque era poco probable que me eligieran para una misión, quería estar preparada.

~•~

Después de unas cuantas horas Rubí por fin me dejó sola, me caía bien pero siempre había sido una persona muy solitaria y más cuando a penas estaba adaptandome a una situación. Con un mapa que tenía en mi cel llegué al salón de entreno, estaba vacío y perfecto para entrenar. Mi entreno en el FBI era estricto pero sabía que acá tenia que esforzarme el doble. Practiqué algunos ganchos, saltos y volteretas de escape.

-eres bastante ágil- el eco de una voz gruesa se oyó por toda la habitación, busqué el sonido y vi al capitán en el piso de arriba del gimnasio viéndome, ya no llevaba su traje sino una franela deportiva y una sudadera.

-¿viste todo mi entrenamiento?- solté una risa nerviosa mientras lo veía bajar las escaleras

-si- suspiró- estaba entrenando allá arriba y pues quería ver tus habilidades

-¿y que tal?- alcé las cejas esperando su respuesta

-a simple vista muy bien- dejó su bolso en el piso- pero... ¿podrías con alguien como yo?

-señor yo...- me puse nerviosa- creo que no podría

-mi nombre es Steve- tocó mi hombro- además solo estaríamos practicando, si te parece- yo lo pensé unos segundos y luego asentí con la cabeza para después ubicarnos en el puesto de pelea. Después de unos cuantos minutos batallando caí al suelo de cara y cansada, el era un super soldado y ya yo había dado todo lo que tenia e incluso le rompí la nariz, pero aún así no dejó de pelear.

-eres una buena contricante- me ayudó a levantar y nuestros cuerpos quedaron extremadamente cerca, pero no me sentía incomoda así que no me alejé

-gracias- me reí- disculpa por lo de tu nariz- el negó con la cabeza y sonrió

-tienes potencial, espero que te vaya bien en tu primera misión- yo me encogí de hombros

-esto es muy diferente al FBI- suspiré- la verdad no se porque me escogieron, no apliqué para esto

-¿extrañas el FBI?- yo asentí triste y podía sentir mis ojos humedecerse- ¿cuantos años tienes Ana?

-28- suspiré y miré hacia arriba para que mis lágrimas no cayeran por mis mejillas- lo siento, el tema me duele

-¿pero porqué aceptaste venir aquí?- se alejó un poco y me sentí decepcionada, no quería que se alejara

-es una larga historia- me crucé de brazos

-me encantaría oírla algún día- sonrió ladeado- tomando un café

-¿tu...quieres tomar un café?- mi voz salió un poco entrecortada

-si no quieres esta bien...me parece interesante que una agente del FBI se haya pasado a SHIELD

-en el FBI se viven cosas atroces- el abrió un poco la boca con asombro- pero te lo cuento cuando me invites ese café- tomé mi bolso de entrenar- no vemos, señor

-Steve- me regañó

-Steve- rodé los ojos- hasta mañana- me di la vuelta y regresé a la habitación la cual estaba sola.

Me di una ducha y caí rendida de inmediato y podría jurar que esa noche soñé con Steve Rogers.

The Agent// Steve Rogers and Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora