capitulo 14

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era de noche en aquella casa donde yo me encontraba, veía que afuera brillaba unas luces verdes, según shira eso se llaman luciérnagas, mientras las veía brillar y volar por el lugar, casi como si danzaran entre ellas, mientras miraba pude ver que también estaba aquel perro albino con la franja roja, se veía que también miraba a las luciérnagas.

shira: kime chan.. ya es hora de irse a dormir

kimera: ¿ahh..?, a si, si... ya voy

shira: te voy muy pensativa... ¿pasa algo?

kimera: no, nada.... solo me quede viendo afuera a esas cosas llamadas luciérnagas

shira: ahhh si, son muy lindas y todo eso. pero es mejor que vallas a dormir para que mañana te siga enseñando mas cosas

kimera: esta bien

me fui a mi cuarto y me puse la ropa de dormir que me dieron, decidí ver por ultima vez la ventana y vi que aquel perro blanco seguía ahí pero esta vez me miraba, yo solo lo mire y me fui a mi cama a dormir pensando en como debe estar mi padre... ojala que este bien el y todos los que están en el castillo.

mientras dormía comencé a soñar que caminaba por un pasillo oscuro asta llegar a ver a alguien tirado en el suelo, camine un poco y pude ver a zukoru desangrado, a krystal pero sin su cabeza, las paredes todas llenas de sangre. por ultimo sentí que alguien estaba escondido detrás de una sombra, pude escuchar aquella risa macabra de la otra vez, vi aquellos ojos amarillos mirarme, trataba de moverme pero no podía. veía como esos ojos amarillos me miraba como si yo fuera la presa asta que salto arriba mio. desperté de golpe y note que mis mejillas estaban mojadas, estaba llorando, no pude evitar quebrarme en el llanto por aquel sueño maldito....

*al día siguiente*


estaba sola afuera de la casa, mirando a la nada, algunos de los que estaban viviendo en esta casa entrenaban, otros descansaban tranquilos, al final decidí volar un poco para tranquilizarme. estaba algo triste por recordar de nuevo lo que le paso a zukoru y krystal. mientras volaba vi a esos dos par de ángeles de cabellos blancos de la otra vez, miraba que estaban hablando y luego se fueron. yo no sabia el por que asta que al final decidí decender para caminar un poco y ver de mejor forma todo

kimera: (que raro es este lugar, nunca vine por aquí antes....)

mientras caminaba un poco vi que unas sombras se movían por los arbustos de aquel bosque, mientras caminaba y con mucho miedo, escuchaba gruñidos, risas y pasos que venían hacia mi. me di la vuelta y vi que atrás mio había un demonio muy extraño, estaba como deforme, me atacaba sin razón alguna y yo esquivaba como podía aquellos ataques, asta que hirió el brazo 

kimera: ¡HAAA!-se sujeta el brazo- 

demonio: -con voz endemoniada y macabra- JAJAJAJA asta aquí llegaste... niñita -le agarra del cuello a kimera y la estampa contra un árbol- 

kimera: aaagh... aah... -le cuesta respirar-

demonio: adiós... princesa kimera -a punto de matarla con sus garras filosas-

creí que iba a morir en manos de ese demonio, asta que vi que salio aquel perro de la otra noche, este mordía y rasguñaba a aquel demonio, lo atacaba de forma salvaje, al final mato a aquel demonio y se veía que este perro estaba algo lastimado. yo lo mire todo ensangrentado y no pude evitar desmayarme.

desperté en mi cuarto con mi brazo vendado, veía que en los pies de la cama estaba aquel perro, este me miro y yo me quede mirando lo asta que le hable

kimera: ¿tu me trajiste aquí? ¿murderer, verdad?

murderer: -asiente que si-

kimera: ¿shira fue quien me curo?

murderer: -asiente que no- 

kimera: ¿entonces quien?

murderer: -se va y trae una pluma blanca-

kimera: ¿un ángel me curo?

murderer: -asiente que si y señala con la nariz la ventana-

kimera: -se levanta y ve la ventana a un ángel de pelo negro azulado- ¿ese no se llama... apolo?

murderer: -asiente que si-

ese perro entendía lo que le decía a la perfección, me sorprende este perro, mientras miraba a aquel ángel llamado apolo, no pude dejar de pensar que tal vez el sabe en verdad sobre que soy yo, siempre tengo la duda de que si soy un demonio o un ángel. o tal vez yo sea de esos que llaman "nefinin"



entre mi tristeza hay alegriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora