Epílogo.

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Valentina beso el abultado estómago de cinco meses de gestación de Juliana, su Omega hembra.

Ambas yacían acostadas en el sofá más amplio de su casa. Con Juliana acostada, consintiendo a su Alfa con caricias en su cabello rubio, mientras Carvajal también estaba acostada en una posición más baja donde tenía su rostro enfrente del estómago de su pequeña.

La Alfa consentía muy feliz el vientre de Juliana, la casa donde su bebé yacía en procesó de desarrollo.

Valentina no tenía conocimiento hace cinco meses atrás, que la gestación de su Omega le producía una inmensa felicidad a su vida, así como Juliana le había llegado a dar amor cada día a su cotidiana existencia.

Las Carvajal por lo general eran muy sentimentales y cariñosas, muy consentidores en cuanto a sus familiares se tratase. Por eso no fue extraño que la madre Omega de Valentina; Lucia, se encariñara mucho con Juliana y consintieran en todo a su Omega.

La motivadora noticia causó mucha felicidad y llanto en Juliana y su madre Lucia. El día que recibieron los resultados positivos de la prueba de embarazo, fue un total regocijo de sollozos y mucosidades y muchos, muchos abrazos.

Su madre Omega había lloriqueado con la bonita noticia de tener un nieto de su única hija Alfa. Y la idea de ver a otra mocosa idéntica a Valentina corretear por toda la mansión, era todo un hecho para que Lucia consintiera y malcriara a la próxima Carvajal de la familia.

Juliana también había sido otra que fue un mar de llanto al descubrir que sería por primera vez mamá. La Omega anhelaba tanto formar su propia familia con hijas idénticas a su Alfa gomita. Así que se dejaba hacer todo por su suegra Lucia, mirar el amor y cariño con el que su suegra la cuidaba y consentía por ser la portadora de la descendencia única de Valentina, la hacía ponerse sentimental con la Omega menor. Juliana había sido criada por sus dos hermanos mayores Alfas, así que la falta de una figura Omega en su familia causó un choque emocional en Juliana. Así que, con las emociones a flores de piel a causa de su gestación, logró acercarse más a Lucia y verla como una figura materna que estaría allí en toda la etapa de su gestación.

En realidad, todas las personas más cercanas a la Omega la apoyan en su estado de gestación. Valentina, como su Alfa era la principal, luego le seguía su madre Lucia, luego su padre, además de Lexa y Jacob como sus hermanos mayores, estaban al pendiente de ella en todo momento, aunque algunas veces Juliana los insultaba por ser unos irresponsables e insensibles Alfas que llegaban a su casa con las manos vacías.

¿Qué clases de tíos serían? Sin duda, los tíos tacaños.

Valentina sonrió al recordar al dúo de hermanos, que, a pesar de haber contribuido al comportamiento de la Omega al criarla a su manera, pues también la amaban mucho y estaban dispuestos a saltar encima de cualquier individuo para atacarlo si lastimaban a su rebelde hermana menor.

Los tres sin lugar a duda era únicos. Cortados con la misma tijera.

—¡Venimos familia! —y pesando en los reyes de Roma, su cuñado Jacob exclamó entrando a la sala, como un huracán levantando todo a su paso con esa alegría que lo caracteriza.

—Desgraciadamente —había murmurado Juliana sin prestarle aún atención a sus hermanos, entonces Valentina se río y dejó un último beso en la casa de su bebé para sentarse en el sofá y así recibir a los hermanos de su Omega.

En la televisión pasa un entretenido programa de cocina, a Juliana le gustaba verlo mucho, ya que de ahí escogía las ideas para decírselo después de Lucia y que así le preparara una de esas exquisitas comidas con el talento que posee la Omega mayor. Tanto, así como Valentina amaba la comida de madre, Juliana también se vio amando mucho más la habilidad culinaria de Lucia. Y la evidencian de ese echo estaba reflejada en los kilos de más que Juliana había adquirido aparte del embarazo.

Yummy |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora