•『 ✶ ¿Dónde estás? ✶ 』•

ᨳ᭬ ▭ 23. Domingo 01-05 ✶

Jisung lo miró con sus ojos llorosos, y su cuerpo se quedó inmóvil.

--Hola Hannie --saludo con un tono de voz bajo. Se acerco lentamente a la camilla del joven y preguntó --: ¿Estás enojado?

Sus lágrimas no pudieron ser contenidas tras aquella pregunta.

--No llores, Honnie --imploró --, no estoy enojado, amor, tú no tienes la culpa.

--Yo tuve que acompañarte, Jisung, y tuve que decirle a la policía sobre las llamadas, fui tonto, yo... ¿Y sí él te hacía algo? Jisung, tu cuerpo estaba deshidratado, solo ibas aguantar 15 horas, yo...

--Ven --ordeno el menor, pero Minho negó con su cabeza --. Ven, Lee.

--Yo debería estar consolandote en vez de tú a mí, lo siento.

Jisung sacó las sábanas que cubrían su cuerpo con el objetivo de levantarse e ir para abrazarlo, pero antes de que pueda levantarse, Minho se acercó a él y lo abrazó, dejando reposar su cabeza en el cuello del contrario.

Minho lo abrazó con fuerza, como si tuviera miedo de que se fuera, como si esta fuera la última vez que lo ve. Porque él recuerda bien, que ese miércoles primero de abril, no le dio un beso, no le dio un abrazo, él no se despidió.

--Estoy aquí, y estoy bien, ¿sí? Eso es lo único que debe importante ahora --verbalizó Jisung con un tono sereno--. No tienes que culparte, ni pensar en que hubiese pasado, yo estoy bien, y Hyunjin está detrás de rejas.

--Pensé que nunca volvería a verte, tenía mucho miedo...

--Estoy aquí, Minho. -- Jisung levantó lentamente el mentón del mayor para que lo mirará--. Te amo mucho.

--¿No estás enojado? --volvió a indagar, y Jisung negó--. ¿Puedo besarte?

Jisung le sonrió, y asintió.

Fue instantáneo, ambos acercaron sus rostros y sus labios se unieron. El beso era suave y lento, dulce, como si ambos intentarán guardar cada sentimiento que generaba.

--Te extrañe mucho --balbuceó Minho, pero no se alejó de Jisung.

--Yo también... Tenía miedo de que él te haga algo.

--¿No temias por ti?

--No podía pensar en mí estando ahí. Solo quería que mi mamá, tú y todas las personas cercanas a mí estén bien. Tenía miedo de que tú hagas alguna locura o que mi mamá no pueda soportar el dolor...

--Yo me mantuve muy sereno, estaba bastante desorientado, es más, sigo un poco desorientado, todavía no puedo creer que te tengo entre mis brazos, que estás aquí conmigo, siento que todo es un sueño.

--Cuando yo vi a los oficiales sentí que todo era un sueño, incluso hoy me levanté asustado pensando que estaba soñando... Mis piernas duelen un poco igual, todavía las siento débiles.

--¿Él abuso de ti? --cuestionó con temor.

--No, no --contestó negando con su cabeza--. Lo más grave que me hizo fue pegarme, supongo que no quería hacerme daño a mí.

--¿Qué quieres decir con eso?

--Él quería dañarte a ti, y con tu dolor me lastimaba a mí. Él me contaba que estabas mal, que no comias, me contaba sobre mi mamá, sobre todos...

--Es un psicópata, él no tiene corazón.

--¡Jisung! --se escuchó un grito desde la puerta y los jóvenes separaron sus cuerpos para ver de quien se trataba.

Y ahí estaban todos los que esperaban ansiosos la aparición de Jisung, familia, amigos y seres queridos, todos entraron a la habitación, algunos lloraban, y otros reían, pero la felicidad estaba en cada uno.

Si bien no se podía entrar en multitud a las habitaciones, los presenten habían pedido un permiso especial, para poder darle una bienvenida especial a Jisung.

Su madre fue la quién se acercó primero, y lo abrazó, mientras sus lágrimas salían sin freno, luego se sumo la madre de Minho.

Minho volvió a abrazarlo, y así poco a poco fueron acercándose cada uno, armando un abrazo grupal, sintiendo la felicidad nadar en sus venas, sintiendo esa calidez de estar en familia, de estar completos.

A este punto todos estaban llorando, pero estaban felices, contentos de tener a Jisung con ellos nuevamente, alegres de que él este bien y de que el culpable ya este preso.