Soy tu dueña

35

-Me haces tanta falta-. Valentina le hablaba al retrato de su madre. -Seguramente si tú estuvieras aquí todo sería mucho más fácil-.

-"¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué me he permitido traicionar a mi esposo de esa manera?"-.

La castaña se torturaba con mil preguntas en su cabeza, y lo peor era, que a ninguna le encontraba respuesta.

*

-¿En qué tanto piensas Miguel?-. Marcela se acercó al moreno, mientras le acariciaba una de sus mejillas.

-En nada-. Sonrió forzadamente. -En nada Marce-.
En realidad, al decir "nada" se estaba refiriendo a Valentina, a esa mujer que lo tenía vuelto loco, pero que al parecer ella ya no quería saber nada de él.

-A mí no me engañas, piensas en ella ¿verdad?-

-No entiendo de quién hablas-

-De Valentina ¿De quién más?-

-Te equivocas, ya te dije que entre ella y yo no hay absolutamente nada-

-Pero te gustaría que lo hubiera..-

-Cambiemos de tema ¿Si? Háblame de ti ¿Ya no volviste a saber nada de tu ex?-

-¿De Mendoza? Supe que se divorció...-

-¿Enserio? ¿Y qué piensas al respecto?-

-¿Qué tendría que pensar? No sé los motivos por los cuales se divorcio, pero tampoco me interesan...-

-¿Me estás siendo sincera?-

-Contigo siempre soy sincera-. Le sonrió y le pellizco la nariz.

-Más vale que así sea Valencia-.

Si bien Marcela no le interesaba sentimentalmente, reconocía que era una gran amiga, y como amiga la quería conservar toda si vida.

*

-Entonces nuevamente se besaron-. Gaby se sentó junto a su amiga Valentina.

-Y no sabes lo culpable que me siento-

-Pues yo creo que ni tanto eh, porque cada que ves a José Miguel le terminas comiendo la boca-

-¡Es él quién me besa!-

-Y tú correspondes-

-Pues si, pero es por.., por..-

-Porque es tu príncipe azul-

-¡NO!-

-Bueno, tu vaquero, tu rancherote, tu domador-

-¡CONTIGO NUNCA SE PUEDE HABLAR ENSERIO GABRIELA!-

-Bueno ya, no se enoje señorita Villalba de Montesinos-

-NO SOY LA SEÑORA DE MONTESINOS-

-Pero lo serás-. Rió. -Y serás tú quién le pida matrimonio-

-¿Yo? ¿Pedirle matrimonio a un hombre? JAMÁS-

-Acuérdate que soy profeta..-

-Te recuerdo que ya estoy casada-

-Te recuerdo una vez más que el divorcio existe-

-¿De qué tanto hablan?-. Ivanna las interrumpió.

-De nada que te importe-. Respondió Gabriela.

-No te pregunte a ti-

-Tu pregunta fue "¿De qué tanto hablan"? Supongo que sabes que es una pregunta en plural, por lo tanto estoy en todo mi derecho de responder-

-¿En plural?-. Cuestionó Ivanna confundida.

-¡Que tonta soy!- . Respondió Gabriela sarcástica. -Cómo se me ocurre pensar que tú, con lo ignorante que eres ibas a saber el significado de la palabra "plural "-.

-¿Quieren dejar de pelear?-. Valentina miro a su prima. -No hablábamos de nada en específico Ivanna-.

-Escuché que nombraban a José Miguel...-

-Ah bueno, Ivanna y sus orejotas de Dumbo-

-O le dices a tu perrita faldera que guarde silencio o..-

-¡BASTA LAS DOS! ¿Tanto les cuesta poder llevarse bien?-

-Yo mejor me voy, nos vemos luego Vale-. Gabriela salió de la habitación.

-Que bueno que se fue.., porque necesito pedirte un favor primita-

-¿Qué paso?-

-Quiero que me ayudes a conquistar a José Miguel-.