Llega junio, con sus amigos más divas que nunca y sus personas favoritas vestidas de mil colores. Llega junio, el mes del orgullo y Draco.
Disclaimer: ninguno de los personajes me pertenece y no hago esto con ánimo de lucro.
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AU muggle.
Siete años antes.
Draco se levantó a las seis de la mañana, como de costumbre. Salió a trotar y volvió para preparar su desayuno. Llegó a la oficina de su padre dos horas después, le llevó su café y se sentaron a charlar.
—Dragón, hoy tienes la reunión con la chica de la floristería.
—Ujum... Madre nos espera para almorzar hoy.
—Sí vi el mensaje.
—Respóndele, ya sabes.
—Dile que vamos ambos.
—Vale... también hoy tenemos la capacitación de *ChickPeeps.
—A las once.
—Llegó la señorita Rowena, señor —habló la voz de la secretaria desde el altavoz.
—Ya sale Draco y hablan en su oficina.
—Bueno, señor.
—Nos vemos más tarde padre —, Draco dejó un beso en la frente del mayor y se fue.
Más tarde estaban en camino a la conferencia. En general a su familia no le hacía muy bien la carne en su sistema digestivo, por lo que preferían no comerla, pero su hermana Daliah se había vuelto vegana y esa mujer no quedaba satisfecha hasta lograr sus metas; en este caso, que su empresa fuera amigable con el ambiente y adaptable para veganos y vegetarianos.
Entró a trabajar con otra compañía llamada ChickPeeps y había organizado la reunión.
Draco se adelantó al auditorio del centro de convenciones. Cuando entró había una mujer rubia en la tarima y aunque sonara horrorosamente cliché, apenas sus ojos se conectaron, se sintió en la luna.
El rubio no despegó su mirada de ella. No sólo porque fuera guapa sino porque algo alrededor de ella hacía que inevitablemente le dieras tu atención y exponía muy bien; de forma tranquila y simple pero cautivadora.
°
Cuatro años antes
Adoraba a Luna, era imposible no hacerlo.
Después de la conferencia, aceptaron una alianza con ChickPeeps y eso lo llevó a tener mucha comunicación con los directivos de la empresa. Entre ellos la chica rubia.
Draco era consciente de que en ninguna relación anterior (dejando de lado las de secundaria y las de juego de primaria) las cosas se habían dado tan rápido, pero no de mala manera, sino como sólo podía fluir la vida con alguien como Luna Lovegood; estando en otro mundo pero a la vez viviendo plenamente en el tuyo.
En ese momento se encontraban en su departamento, más específicamente en su cuarto. Él estaba revisando unas listas de precios cuando la chica (que miraba su celular) habló.
