Cap 2

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Viktor y Yuuri, un alfa y un omega respectivamente, unos jóvenes que competían por un mismo sueño, una medalla de oro.

Viktor, un alfa el cual había sido clasificado como una leyenda en el patinaje a una corta edad, alguien admirado por muchos pero que solo un omega logró capturar su atención hacia algo más.

Yuuri, un joven omega japones el cual por suerte, quizás, había terminado en la misma pista donde entrenaba Viktor en san Petersburg. A pesar de su gran resistencia pareciera que tenía dos pues izquierdos al patinar.

Cuando yakov lo acogió como su nuevo discípulo Yuuri no tardó en convertirse de un patito feo en el cisne más hermoso del lugar, tan delicado Gracias a su complexión de omega, pero tan resistente como un alfa y con una perfección en cada uno de sus movimientos. Aunque no importaba cuán perfecto fuese nunca lograba superar a su rival más viejo, Viktor.

A pesar de tal rivalidad en la pista ambos no pudieron evitar enamorarse del opuesto, rápidamente convirtiéndose en una pareja de la farándula. El delicado patinador no.2 Yuuri katsuki y la leyenda del patinaje Viktor nikiforov. Aunque todo pareciera un cuento de hadas había cosas que en verdad eran difíciles para ambos.

Yuuri había sido diagnosticado con un trastorno de la ansiedad, depresión e incluso ataques de ira. Aunque Viktor quisiese ayudar a su amado este simplemente podía estallar en ira y después deprimirse por días, los rompía a ambos, Viktor no comprendía porque por más que le demostraba a aquel omega cuanto lo amaba y lo apoyaba este no podía simplemente mejorar ni siquiera un poco.

Después de casi tres años, dos juegos de invierno y unas cuantas competencias más parecía que aquel omega había llegado a su límite, siempre quedando atrás del alfa por poco, por algunos puntos que en serio parecía querer acabar con su paciencia; todo eso hizo que el omega terminara con su carrera y con ello a aquel alfa el cual tenía una carrera en despegue.

Viktor no lo tomó del todo bien, claro que si tu amante un día desaparece dejando una nota y borrando su existencia de la faz de la tierra cualquiera podría reaccionar como el. Por el placer de volver a sentir algo en su vida, Viktor comenzó a ir de bar en bar, de boca en boca y de cama en cama, siempre buscando algo, necesitando sentir algo que no encontraría donde fuera, siempre necesitándolo a él.

En la actualidad ahora Viktor se encontraba investigando un poco dentro de la mochila del pequeño Niño. A primera vista era muy tierna aunque algo llamativa para un niño de 5 años. Apenas la abrió dentro había una pequeña tarjeta en donde escribir los datos personal del menor.

-Yuri katsuki...- susurró Viktor leyendo el nombre del menor

Viktor no pudo evitar abrir sus ojos sorprendidos al leer que debajo de aquel nombre, claramente escrito por Yuuri, habían escrito "nikiforov" echo por el pequeño con la mejor ortografía que pudiesen pedirle. Siguió leyendo y ahí mismo se encontraba el número de Viktor e incluso la dirección hacia su casa, sonrió de medio lado exitoso y tomó una fotografía a aquello. Siguió investigando que había dentro de la mochila viendo que había un jugo de manzana de caja, una barra nutritiva de fresa y un extraño libro. Claro que el alfa no dudo en sacarlo y comenzar a hojear dentro de él viendo rápidamente que se trataba de un álbum de fotos de Yuuri en cinta. Analizaba foto por foto y agradecía aquella costumbre del omega por colocar la fecha de cada uno de los recuerdos. Su mirada se enterneció al ver la gran barriga del nipon acompañada por una sonrisa de este hacia la cámara, muchas fotos con sus padres pero ninguna con alguna pareja. Siguió hojeando hasta llegar al nacimiento del bebé, los ojos del alfa se cristalizaron ante la foto en donde Yuuri tomaba por primera vez a su pequeño, como lo miraba, la primera vez que lo alimentaba, su primer cambio de ropa, sus primeros días, sus primeros pasos, su primer resfriado, cuando este entró a la escuela, cuando recibió su examen de género secundario, entonces Viktor pudo sentir como las lágrimas ya bajaban por sus mejillas pero en realidad el no tenía intención de limpiarlas, en serio se había perdido todo eso por fiestas y fama?, porque Yuuri no le había dicho algo?, acaso en verdad ese Niño era suyo?. Estaba listo para dejar el libro de lado si una foto no hubiera caído al suelo; el alfa suspiro y levantó aquella foto viendo que era una foto de Yuuri y el, abrazados sobre la pista de hielo, tan jóvenes y felices qué tal vez era difícil de reconocerlos a ambos. Entonces lo comprendió, lo necesitaba, lo quería, Yuuri era aquella chispa en su vida y desde que lo había dejado ir se lamentaba día tras día pero ya no más, buscaría la manera y la forma de regresar, por el, por Yuuri...por aquel Niño.

-Yuuri...iré tras de ti, por favor no me alejes de nuevo- susurró Viktor para si mismo

Ahora aquel alfa se lo jugaría todo por recuperar al que sabía era el amor de su vida, pero en verdad la verdadera era, ¿cuánto tardarías nuestro domador de bestias en adiestrar a Yuuri katsuki?.

Hola, papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora