-Tal vez salga hoy. —Dije jugando con mi desayuno.
Stan dejó de abotonar su camisa y me miró.
-No pueden verte por ahí sin mi, soy tu novio, tienes que estar conmigo.
-Eras. —Murmuré
- ¿Disculpa?
Era ahora o nunca, este tipo me tenía realmente fastidiada. Me levanté de la mesa a dejar el plato y cuando giré lo miré directamente a los ojos.
-Dije, eras. No se porque querías que viniera, solo existo cuando tus amigos aparecen y me presentas con ellos, estoy harta de la manera en que me tratas y como ha sido todo últimamente, me esforcé por recuperar nuestra relación pero no más, así que escúchame bien cara de lagartija, seguiremos compartiendo este cuarto pero no vas a tocarme, disfrutaré este viaje sola y me dejarás hacerlo si no quieres que haga un escándalo, ¿entendiste?, y por si aún no te ha quedado claro, ya no soy tu novia.
Tomé mis cosas y salí de la habitación, caminé directo al ascensor y escuché como Stan abría la puerta del cuarto, casi podía verlo observarme desde ahí sin necesidad de girar. Subí al ascensor y efectivamente, estaba ahí, lo miré directamente a los ojos y mientras la puerta se cerraba lo miré y levanté mi dedo medio. La puerta se cerró y cuando procese lo que había hecho no pude evitar reír y hablar sola. —No puedo creer lo que acabo de hacer, oh Tara estoy tan orgullosa de ti-. No podía dejar de reír hasta que la puerta del elevador se abrió y un chico moreno comenzó a mirarme de arriba abajo con una expresión extraña, lo miré cambiando completamente mi expresión y subió.
-Yo te conozco. —Dijo mirándome con una pequeña sonrisa.
-¿Disculpa?
-Que yo te conozco, ¿eres la novia de Stan, cierto?
-Era. —Parpadeé rápidamente-. Olvida eso, lo siento.
-Entiendo, no preguntaré, solo diré que es un idiota.
Sonreí.
-Si, lo es. —Parpadeé de nuevo. Olvida eso también.
El chico comenzó a reír cuando la puerta del ascensor se abrió y ambos bajamos, lo miré e hice una mueca en forma de despedida antes de caminar al lobi.
-¿Podría pedirme un taxi, por favor?.-Le dije al chico del lobi.
-¿Saldrás de paseo?
Giré, era el chico. —Si, ¿por qué?
-Solo decía, te vi hace tiempo aquí con Stan y no te volví a ver hasta hoy, creí que te habías ido.
-No, es solo que, no me decidía a salir, no tengo conocidos y salir con Stan no era opción. Además las personas que he llegado a conocer son aburridas.
-Mis amigos y yo no, cuando quieras puedo invitarte a algún lado, será divertido, no somos unos viejos amargados, ni siquiera somos viejos.
-Claro, lo tendré en cuenta.
-Soy Calum por cierto, ¿Cómo te llamas?
-Ya llego su taxi señorita-. El joven del lobi nos interrumpió.
-Mucho gusto Calum. —Le sonreí y salí del hotel directo al taxi-. Solo conduzca. -Le dije al conductor.
El taxi arrancó y logré ver a Calum aún en el lobi. No se porque había hecho eso, solía tener reacciones impulsivas muy a menudo, unas veces era bueno y no me arrepentía como había pasado con Stan, pero otras me preguntaba que rayos sucedía conmigo, como ahora.
Recargué la cabeza en la ventana y comencé a mirar todo, era hermoso, era tan grande y nuevo para mí. Comencé a jugar con mis manos y recordé algo que había planeado hacer en cuanto llegara. — Disculpe, ¿podría llevarme a algún templo?-. El conductor asintió y siguió conduciendo. Al llegar bajé y caminé por toda la parte exterior del lugar, era hermoso, grande, lleno de flores y color, era un lugar tan tranquilo que por un momento me hizo olvidar todo lo que había pasado, todos los problemas que había dejado en casa; por un momento me concentré en mi y me di cuenta que no podía ser una amargada todo el tiempo, había acabado con una relación que consumía todas mis energías y solo me traía cosas negativas, llevaba días encerrada en un cuarto de hotel y justo cuando decido cambiar eso, un chico me invita a pasar el rato con el y sus amigos, no podía esclavizarme más, disfrutaría este viaje y aceptaría la propuesta del chico.