Paraíso (Fanfic Madagascar 2)

Un nuevo amanecer

POV Marty

Una semana a pasado desde lo sucedido con Alex, aún no puedo creer que el consejo lo haya destituido solo por su nueva apariencia, nos constaba y a ellos también que estaba haciendo un buen trabajo... luego de todo lo que se esforzó, era simplemente ridículo... leones idiotas.
Mientras lo esperábamos esa noche pensamos que aún estaría destrozado luego de la forma en que lo encontramos, pero... para alivio nuestro parece que nuestro pequeño plan improvisado funcionó.

Nos preocupó un poco que ya se había demorado demasiado en regresar y ya estábamos por ir a buscarlo, pero para alivio nuestro pronto llegó riendo, con una enorme sonrisa sincera junto a Lone, lo que nos hizo sonreír plenamente. Ya no había rastro alguno de la tristeza con la que lo despedimos esa misma mañana, simplemente, fue magia... no nos dijo que sucedió, pero codee a los chicos para que no insistieran, luego de ver cómo se despidieron ésos dos, susurrando algo en sus oídos creo que es un poco obvio porqué... espero no equivocarme ésta vez, él parece realmente feliz con ella, y viceversa...

Luego de que se quedara profundamente dormido en su roca los tres hablamos un poco en voz baja, confirmandome que Melman y Gloria sospechan lo mismo que yo, al final decidimos no preguntarle nada, solo ver qué sucedía entre ambos, sin meternos.

Justo al día siguiente, Alex se levantó de un salto enérgico, desayunó más rápido que nunca, nos dijo que estaría en la arboleda y salió corriendo despidiéndose, aló lejos logramos ver cómo Lone se unió a su carrera, y ambod nos despidieron rápido con la mano, antes de irse riendo juntos. Por algún motivo ella estaba cargando una enorme cantidad de troncos delgados de madera y una gran bolsa, pero ignoramos éso por ahora. Compartí miradas con los chicos, y Gloria con una risita no dijo nada, solo suspiró de felicidad junto a Melman... Parece que tendré alguien más a quien decirle hermana pronto, si no es que... nah, no creo, es muy pronto.

Lo que sí creo, es que ésto deja sobre la mesa una conversación que queríamos tener con él desde hace bastante, desde antes que los pingüinos se fueran de hecho...

Su madre vino a vernos horas más tarde, preocupada, nos dijo que Alex si habló con ella temprano, después de todo mi hermano si asintió al conteo de cachorros matutino y ayudó a cuidarlos un rato junto a Lone, pero su madre lo había relevado diciendole que se tomara el día. Él le había dicho a Florrie que estaba bien, pero ella misma nos dijo con algo de pena que ahora confía más en nosotros para saber si éso es verdad, me siento algo halagado... pero supongo que es porque crecimos con él.
Le contamos lo sucedido el día anterior a medias, para no mencionar la arboleda, ella suspiró de alivio agradeciendonos y despidiendose, pero antes apartó a Melman del grupo para decirle algo, no pude escuchar que era, pero mi amigo lucía preocupado. Luego la leona le dijo algo a Gloria también, pero ellos no me dijeron nada, han estado algo misteriosos últimamente, igual que el padre de Alex y la misma Khali, a quien por cierto casi no hemos visto, la pobre sigue atrapada de guardia en ése coliseo...

Por el resto del día fuimos de nuevo al área de consultorio de Melman, lo hemos estado ayudando a construir una caseta médica rodeando el lugar que siempre han usado los médicos brujos, como la cabaña que teníamos en Madagascar, pero mucho más grande y con varias salas; unos cuántos detalles más y pronto estará lista, nos habíamos estado tomando bastantes descansos, pero hoy me dijo que sería bueno apresurar un poco las cosas, tampoco me dijo porqué... pero no pregunté. 

Fuera de tanto misterio, para gran alegría nuestra a la mañana siguiente, casi madrugada de hecho, se repitió exactamente lo mismo con Alex, a pesar de que la noche anterior el león había llegado realmente agotado, y con la melena atada en una coleta algo desordenada, llena de restos de madera y hojas, seguramente estuvieron ayudando a Nadir con su puesto.
Estaba tan cansado que casi no nos saludó, solo nos dió a cada uno un paquete de comida que nos mandaba la señora Zani y cayó rendido en su roca, nos sacó una risita escuchar que estaba tarareando una canción entre sueños, sonriendo, nunca la habíamos escuchado, seguramente la conoció en la arboleda.