NARRA SANDRA
-¿Qué le vas a decir?- Le dije yo a mi madre, ambas sabíamos a lo que nos referíamos.
-No lo sé, pero tranquila que no va a ver a tu hermana- Me dijo ella tranquilizándome, aunque no la creía mucho...
-No sé... ese hombre puede hacer cualquier cosa para fastidiarnos la vida...- Cuestioné yo
***
-Vete a la tienda y trae pan, por favor- Le dijo mi madre a mi hermana por la tarde.
-No, tranquila, ya voy yo.- La dije yo, me apetecía ver a Blanca, es la dueña de la tienda, tiene unos 50 años pero es muy maja y da unos consejos maravillosos.
-Está bien, pero no tardes-
Yendo de camino a la tienda vi a un chico extraño con capucha, no le tomé mucha importancia pero no le había visto mucho, supongo que era nuevo
***
-Ding Dong- Sonó el timbre de la puerta de la tienda
-¡Hola Blanca!- Me apresuré y le di un abrazo
-Hola Sandra- Me saludó ella.
-Vengo a por una barra de pan-
-Vale, cuesta un euro-
-Ding Dong- Otra vez el timbre.
-Hola, buenos días- Dijo una voz ronca, el chico que entró debió de tener mi edad pero no le vi la cara porque llevaba la capucha puesta. Era el de antes. Se quedó mirándome un buen rato.
-Buenos días, Javier-
Espera.... ¡Espera! ¿Ja-vi-er? Había pocas posibilidades... pero...
Mientras, seguíamos mirándonos. Había imaginado reencontrarme con él pero ahora no sabía reaccionar.
-¿¡Sandra!?- Gritó Javier con cara de asombro mientras se quitaba la capucha.
-¿¡Javier?!- Grité yo anonadada.
Entonces se fue acercando y cuando estuvo delante mío me dió un abrazo, un abrazo que estuve esperando 10 años.
-Te echaba de menos- Me dijo él al oído
-Yo también, bicho-
Se rió, -¿Sigues con eso?-
-Pues claro, no se me olvida la cantidad de hormigas que te comiste porque te di mi helado que llevaba unas horas derretido y en la mesa del campo-
-A mi tampoco se me olvida, tengo pánico a las hormigas- Me eché a reír.
-¿Os conocéis?- Preguntó Blanca.
-Ahora no mucho, pero antes sí- Respondió él
-Somos viejos amigos-
-Ya... amigos...- Dijo ella en un tono bajo pero que conseguí escuchar.
Cuando nos despedimos, nos dimos nuestros números de teléfono y yo me fui para mi casa.
No hice nada; ni siquiera dormí, como siempre. Me quedé escuchando música hasta las 2 de la mañana mientras veía fotos de Javier y yo de pequeños y también lloraba, no sé si era de felicidad o de tristeza, luego me levanté a por un vaso de agua y unas pastillas para el estrés.
Sonó mi móvil, eso era raro ya que en el instituto nadie me hablaba (excepto Alexia, pero no teníamos las mismas clases, solo coincidíamos en algunas). Le desbloqueé y era un mensaje de Javier. Así que contesté...
Javier Primo: Hola, no puedo dormir...
Yo: Yo tampoco.
Javier Primo: Me preguntaba si querías quedar mañana por la tarde y nos ponemos al día de lo que ha ocurrido estos años...
Yo: Sí, claro. ¿A las seis?
Javier Primo: ¡Perfecto! Pues nos vemos...
Yo: ¡Hasta mañana!
Después de esa pequeña conversación me dormí 1 hora, para luego leer un libro.
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Holaa, este capítulo me ha costado escribirle por que no sabía como quería que reaccionaran los personajes en su reencuentro...
Pequeño spoiler del siguiente: Narra en su mayoría Javier.
No olvidéis comentar y votar, please
-Paula-
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Primos Prohibidos
Teen FictionSandra es una chica que tiene problemas con su familia, siempre ha intentado ignorarlos pero es imposible, las malas vibras en su familia son imposibles de pasar desapercibido, a excepción de su hermana con la que se lleva muy bien. A sus 19 años ti...