Primos Prohibidos

C A P Í T U L O 7

JAVIER

Estaba llegando a casa de Sandra para recogerla e ir al colegio, últimamente la recogía yo. Su madre no me ha reconocido y le hemos dicho que soy simplemente su amigo. 

Estoy a punto de abrir la puerta cuando escucho una voz masculina dentro, ¿Solo viven su madre y ella, no? 

Es Jake, está en el salón. Estoy a punto de entrar cuando escucho algo.

-Necesito más tiempo...- Contesta Jake, está hablando con alguien por teléfono.

-No, dos, no, tres semanas y te juro que te lo pago todo- 

Colgó el teléfono ya que había llegado Sandra. Al final entré en la casa, no podíamos llegar tarde a clase, ya dejaría eso para otro momento.

JAKE

Joder, debería de haber aprovechado la oportunidad de estar solo en casa de Sandra, tendría todo solucionado, otro día será...

SANDRA

Hoy es jueves, y ayer Jake y yo nos besamos. No puedo parar de pensar en ello, y lo peor es q no sé ni como me siento, ¿vacía? no lo sé. Pero no siento ninguna mariposa en el estómago, ni el corazón acelerado. Ni siquiera lo sentí durante el beso, simplemente no hubo emoción. Y eso me da miedo, el no poder volver a sentir nada por nadie desde que todo se complicó, desde que ocurrió el incidente, desde que todo se fue a la mierda. Y de repente, se me llena la mente de recuerdos y los ojos de lágrimas. No hay nada peor que llorar por todo: llorar por no saber como te sientes o por no saber qué te hizo sentirte así. Y a veces te da miedo caer, te da miedo caer y que nadie te sujete pero también te da miedo pedir ayuda, porque eso significaría ser débil y tener que explicarlo todo; y no hay palabras para expresarlo, ni valentía para hacerlo.

 Eran las 00:00 am, después las 02:00 am, y yo seguía allí llena de lágrimas mientras me miraba al espejo preguntándome... ¿Qué está mal en mí?

Mis padres no saben ni la mitad de lo que he pasado: los gritos, las decepciones, el dolor, las inseguridades.... todo detrás de cada una de mis sonrisas. Estoy cansada, pero no físicamente, sino emocionalmente. Y cuando miro atrás veo a esa chica riendo, riendo de verdad; mientras que me doy cuenta de que he cambiado. Porque antes era la chica que quería que sus sueños se hicieran realidad y ahora la que sueña despierta para huir de la realidad. Lo jodido es ver las fotos antiguas y descubrir que tu mirada es distinta, antes era más... feliz. Y lo peor es que a veces te echas de menos a ti mismo. Que eres una persona completamente distinta y no te conoces. Que nadie te conoce.

Acabo de llegar a casa,  abro la puerta y me acerco a saludar a mi madre.

-¿Sandra? ¿Qué haces aquí? Se suponía que tenías la cita con el psicólogo- Oh no, el psicólogo, estando con Javier últimamente se me olvida todo, aunque no me apetecía mucho ir...

-Mierda, se me ha olvidado-

-Joder Sandra, cada día peor...- Mientras mi madre me sigue echando la bronca, me tomo un momento para  buscar con la mirada a mi hermana, quiero decirla que mañana la llevaré a casa de su amiga, pero no la encuentro.

-Oye mamá, ¿Dónde esta Laia?-

-Ehh... Pues está con tu padre...-