- 02 Perdidos -

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Las ruedas de la patineta iban a una gran velocidad, el moreno hacía todo lo posible para llegar a dónde se encontraba su amigo. ¿Qué es lo que ha estado haciendo? ¿Porqué quería que fuera a él tan altas horas de la noche?

Sujetaba con fuerza aquella videocámara, no quería meterse en problemas si algo sucedía o caía llegándose a romper. Pues aquél aparato era especial para su amigo ya que anteriormente era de su hermano mayor, recordaba cómo de niños el mayor los graba en sus aventuras en el patio trasero, siempre diciéndoles que sería bueno para grabar todo tipo de memorias y que les ayudaría a vivir de nuevo esa grata nostalgia. Miguel se dió cuenta que estaba a  punto de llegar al punto de reunión, tal cómo lo suponía toda la zona estaba en desolación, pero, a excepción de un gran camión viejo de mudanzas a mitad de todo el estacionamiento. Sí, solo podía ser una obra de su amigo.

- ¿Hiro?- llamó mientras detenía su patineta a un costado de la camioneta. - Hey, Chino. ¿Estás aquí?

Escuchó como unos pasos pesados en el interior respondían al llamado del piel canela, no tardó que de golpe se abriera la puerta dejando ver a un cabellos azabache con un traje blanco que cubría la mayor parte de su cuerpo. Lo miró con sorpresa con esos grandes googles protectores oscuros que tenía puestos, Miguel estaba un poco asustado pero a la vez extrañado.

-¡Al fin llegaste! ¿Trajiste la videocámara?.- dijo al acercarse y quitárselo de las manos para comenzar a prepararla.

- Si, también me da un gusto verte.

- Cómo si realmente te preocupara si me pasará algo.

-Pues aunque no lo creas, hoy estaba preocupado por ti. Siempre lo he estado.

-Si, cómo digas. Tanto que estás con tus amigos y novio todo el tiempo. - comentó sin mirarle a los ojos. Seguía muy metido aún preparando la videocámara, era una buena excusa para no enfrentarlo con lo que tenía resguardado en su interior.

- ¿Para eso querías que viniera? Mejor me hubieras dicho que solo te dejará la videocámara y me iba.

-Tienes razón. Eso no es importante ahora. Toma.- le dió la videocámara ya lista y le dió una señal para que le siguiera a la parte trasera del camión.   El joven moreno solo suspiró y siguió su orden sin decir nada más. El asiático sonrió y sacó de uno de sus bolsillos un especie de control remoto.- Te pedí que vinieras porqué estuve trabajando en este gran proyecto qué revolucionará al mundo y cambiará nuestras vidas por completo.

- ¿Proyecto?- Hiro asintío y señalo con aquél control remoto para abrir el camión. Lentamente la puerta trasera se abrió dejando caer poco a poco una rampa metálica. Los ojos del moreno se abrieron de golpe al ver que un auto modelo DeLorean DMC estaba saliendo, pero, había algo extraño en él. Tenía algunos accesorios que estaba por seguro que si amigo había instalado.

- Te presento, la primera máquina del tiempo.

- ¿Con un auto DeLorean? ¿Cómo es que lo conseguiste?

-Bueno, ser un niño genio tiene sus ventajas. Además, yo sólo terminé de hacerlo.- caminó al auto para abrir una de sus puertas, sacó un par de cuadernos gruesos y viejos. Los colocó en el cofre de auto para enseñárselo a su confundido amigo.- Estaba limpiando la habitación de mi hermano y encontré estás notas viejas de él. Aunque las primeras partes están escritos por mi abuelo materno. Solo eran unas simples teorías e investigaciones, sin embargo, Tadashi logró hacerlo posible. Pero...claro no pudo realizarlo y terminarlo. Aún así, para un Hamada no hay imposibles.

-¿Es por eso que estuviste desvelando toda la semana? Hiro, sabes que a tu tía no le gusta que hagas cosas de invención por lo que ocurrió.

-Rivera, tranquilo. Todo está perfectamente planeado. Materiales legalmente conseguidos y seguridad al cien porciento.

Flash Time (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora