Algo ausente

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Para variar, jamás pensé que alguien llegaría a leer esto por lo que me ausenté un poco de todo esto, sin embargo, dicen que por algo pasan las cosas.

Han pasado casi dos años de la última vez que escribí en versos mi vida como cadete, las cosas aquí y allá han cambiado tanto. Todo lo que conocí, lo que viví, lo que sentí, no existe más.

Lamento decirles queridos lectores, que gran parte de lo que escribí hace dos años, si en algún momento deciden entrar a una escuela naval militar, jamás lo vivirán. Ya no.

La escuela ha ido de mal en peor, todo está colapsando y no en el sentido que antes expliqué; los valores, la fuerza, la valentía y demás principios que nos caracterizaban como cadetes dignos de portar el uniforme, han caído en un precipicio que no parece tener final.

Inevitablemente, todo empezó con la pandemia. No sólo México, sino, el mundo se encontraba en una situación, el mando tuvo que actuar y tomó la difícil decisión de mandar a todos y cada uno de los cadetes a sus respectivos hogares y hacer lo que todo civil hizo: tomar clases en línea.

¿Pero como se es militar en línea? ¡Imposible! Nos volvimos uno más, simple alumnos universitarios tratando de sobrellevar lo que todo mundo estaba pasando.

Impotentes, alejados de la rutina y la disciplina, con la insignia en el corazón pero sin portarla.

Llegó la nueva generación a la escuela, pero sin los antiguos en ella ¿Cómo te vuelves cadete sin nadie que pueda enseñarte a serlo? La perdición.

El caos total, pequeños civiles jugando a ser militares. Sin doctrina, sin instrucción, sin nada.

No lo voy a negar, también sufrieron, pero lamentablemente no basta con sufrir, les faltó aprender, comprender, entender el por qué de las cosas.

Cuando llegamos las demás generaciones a la escuela, ya era demasiado tarde. No puedes obligar a alguien a desaprender lo aprendido. Nos es tan fácil un cambio de chip.

Ahora estamos en una lucha constante para restaurar lo perdido, para encaminar al nobel hacia la victoria, hacerlo fuerte, leal, con la convicción que debe caracterizar a un caballero cadete.

Ya no sé si valga la pena seguir escribiendo, no sé si las cosas vayan a mejorar o empeorar, solo sé que si llegaste hasta aquí y pretendes ser cadete, o incluso, ya lo eres, vuelve a leer las partes anteriores y creerlo, lucha por ello, lucha porque las cosas del pasado que valían la pena, regresen.

No basta solo con tener las mejores calificaciones, también es necesario la doctrina, la pasión, el don de mando, la lealtad al mando, a los iguales y, porsupuesto, a los subordinados.

Si no lo logramos, ahora sí serán solo fábulas, leyendas en el olvido.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2022 ⏰

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