FÁBULAS DE CADETE

Lo mejor de lo mejor

Encontré esta imagen por ahí y la verdad es que es tan acercada a la realidad que no podría describir la vida de un cadete de mejor manera.

Escuchamos una y mil veces desde que empezamos el proceso que ahí solo queda "lo mejor de lo mejor" pero constantemente uno se da cuenta de que hay personas más inteligentes, más fuertes, más audaces o más de algo afuera en la vida civil o que decidieron irse (pidieron su baja) que muchos o, incluso, todos los que estamos ahí y nos cuestionamos ¿En verdad soy lo mejor de lo mejor?

Conforme pasa el tiempo, uno se da cuenta que si es así, no por ser el "más" que los otros en algo, sino porque, no cualquiera puede soportar y sobrellevar el colapso total de su vida y todo lo que conoce para empezar una nueva llena de sacrificios, ideales y compromisos que solo "los mejores guerreros" pueden soportar.

Además, algo que caracteriza a cualquier naval o miembro de la Armada de México es que si no sabe algo, lo investiga; si no tiene algo, lo consigue; si no puede hacer algo, lo intenta hasta lograrlo. NO somos los mejores pero estamos comprometidos con serlo.

No solo iniciamos una carrera militar con el compromiso de ser algún día los que protejan al país, a la población y todo lo que conlleva con horno, lealtad y patriotismo; también estamos obligados a jamás ponernos límites, las frases "no sé", "no puedo" o "no entiendo" NO existen en nuestro vocabulario, las cambiamos por "permiso para investigar" o "permiso para conseguirlo" y si, lo investigamos y lo conseguimos a como dé lugar. Esa es la gran diferencia entre un profesional militar a uno civil.

Es aquí, también, donde entra la frase "todo tiene un por qué", que si recuerdan, ya lo mencioné antes.

Retomando el gran colapso al que debemos someternos, para ellos, vivimos situaciones, a veces, muy poco agradables. Situaciones que nos hacen querer día y noche tirar la toalla, nos hacen desear estar en cualquier parte menos ahí. La soledad, la tranquilidad, el dormir, comer o hacer cualquier actividad  sin ser presionado se vuelven un imposible. Y cuando se te ocurre preguntar "¿Por qué?" Solo escuchas "algún día lo entenderás". Y cierto, uno entiende.

Se los dejo con simples ejemplos, cuando se es primer año, en el comedor se nos presiona por comer lo más rápido posible. A veces nos cuentan, literal, 10 segundos para acabar con lo que esté en el plato o en el vaso provocando, en ocasiones, que uno se atragante o llegue a vomitar. Y al principio uno se pregunta ¿Qué ganan con fastidiar haciendo eso? La verdad, no ganan nada, pero al final uno entiende que la vida de un militar es incierta, así como se puede estar tranquilo un momento, al siguiente su vida se vuelve un caos.

Es decir, cuando uno ya se gradué y empiece a ejercer su carrera o el "servicio", al menos, en el caso del médico o enfermero, incluso en el caso de civiles, se sabe que las emergencias y urgencias ocurren todo el tiempo. Se nos enseña a comer rápido para prevenir estás situaciones, ya que, si en alguna ocasión hay mucho trabajo en el hospital o centro en donde se encuentre será muy poco el tiempo que se tenga para comer.

Como sabemos, comer es una necesidad natural básica, sin ello no podremos conseguir los nutrientes para generar energía y hacer que nuestro organismo funcione adecuadamente. Si uno está acostumbrado a comer rápido, podrá alimentarse y seguir un estilo de vida tan acelerado. Por el contrario, si no se está acostumbrado, será deficiente y, probablemente, empiece a presentar enfermedades.

Ese es el "por qué" de enseñarnos desde el primer día que entramos a comer rápido. Pero no se asusten, no es todo el tiempo. Al quién se le presiona con este tipo de cosas es principalmente a primer año, porque el resto de los años, "los antiguos", ya debieron haberlo aprendido, por lo que ya no les suelen pasar ese tipo de cosas.

EL COLAPSO TIENE SU FIN, dicen jajaja.