Capítulo 4: Una razón

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_Bienveni...!_ El viejo Erald saludo al recién ingresado a su armeria, quedando sin palabras por lo que vio

Observó a Jotaro caminando hacia la entrada de su negocio, nada anormal, hasta que vio quien lo acompañaba, una pequeña niña de aspecto animal estaba a su lado, mientras el estaba fresco como lechuga.

_Chico? Que bueno que pases por aquí_ El hombre dijo sonriendo, aún algo sorpendido por ver al Kujō acompañado de una niña

_Que tal viejo_ Saludo Jotaro con tranquilidad

_Y esa niña?_ Preguntó Erald señalando a Raphtalia

_Necestio equipo para ella, un arma que cueste 6 monedas de plata, y algo de ropa si es posible_ Dijo el azabache serio

El hombre seguía sorprendido, pero acepto la petición, en unos instantes, regresó con una muda de ropa para ella, le señaló donde podía vestirse tranquila, a lo que Jotaro solo le dijo que no debía preocuparse, y ella asintió algo nerviosa.

Mientras ella se vestía, Jotaro y Erald buscaban un arma perfecta para ella, una daga corta seria perfecta, con la que se sentiria al menos cómoda al usarla.

Rato después Raphtalia salió del vestidor revelando su nuevo atuendo, bajando su mirada algo temerosa y avergonzada.

_Hm, te queda bien_ Jotaro dijo sin más, acercándose a la pequeña

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_Hm, te queda bien_ Jotaro dijo sin más, acercándose a la pequeña

En eso se agacho colocándose de rodillas para estar a su altura, en eso le entrego la que sería su nueva arma, dejandola sorprendida.

_Ahora escucha Raphtalia, esta será tu arma de ahora en adelante, seremos compañeros en la batalla, por lo que tendrás que manejarla, entendido?_ Dijo Jotaro con seriedad en su voz

Ella temerosa tomó el arma entre sus pequeñas manos, y vio como el Kujō abría su chaqueta negra, revelando que abajo de ella habia uno de esos globos naranjas vivientes, que era sujetado firmemente por el adolescente, eso hizo que se asustara y retrocediera.

_Adelante, apuñalalo y haz que explote_ Jotaro habló con firmeza

_No...no quiero..._ La pequeña dijo asustada, casi entrando en un estado de shock mientras retrocedía un poco

_Raphtalia, hazlo, te lo estoy ordenando_ Jotaro soltó aquellas palabras

En eso, un símbolo apareció en el pecho de la niña, el cual la hacía sentir un inmenso dolor creciente por todo su cuerpo, siendo notado por el Kujō, había recordado lo que sucedió en la carpa del esclavista, este le había hablado sobre una marca que ejercía dolor en los esclavos cuando estos no querían acatar una orden, al inicio no estuvo dispuestp a hacer tal cosa como someterla a aquella mierda, sin embargo, estuvo pensando, y lo más posible es que en algún momento ella no querría hacer ciertas acciones y optó por ponérsela, a estas alturas, no sabía si hizo bien al hacerlo.

JoJo: Tate no Yuusha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora