13 - Amar Antes De Morir

3 0 0
                                    

CAPÍTULO TRECE

**

—¡Todo lo que hicieron fue demasiado!

—No lo fue —le respondió su hermano viéndolo con una sonrisa burlona—. Lo que pasa es que no estas acostumbrado a lo que hacemos.

—Pues claro, porque nunca me dejan participar. Papá, ¿por qué está él aquí?

—Porque aún hay muchas cosas por hacer y él es más eficaz para mí. Te dí la oportunidad una vez y lo desaprovechaste.

—Me dijiste que la matara.

—Y no te atreviste, ¿o lo hubieras hecho?

El muchacho miró el suelo dudando si contestarle o no a su padre.

—Además, con asustarla y hacerle unos cuantos rasguños bastaba. Después te volví a dar la oportunidad de que me hicieras sentir orgulloso pero te tardaste demasiado.

—¡Fue porque él interfirió! —el muchacho más joven señaló molesto a su hermano— Ya tenía mis planes, y había algo raro en ella.

—¿A que te refieres?

—La gente rumoreaba que estaba loca y hablaba sola, pensé que solo eran rumores de gente envidiosa pero al observarla, los rumores parecían ser ciertos. Y después apareció un chico, ese que estuvo con ella en la fiesta. Durante los días en que la observaba nunca vi a ese chico y de pronto apareció y me hablaba como si me conociera.

—Cierto, ese chico de pelo blanco, ¿es su guardián o algo así? Si no fuera por él, la chica se hubiera hecho polvo en el incendio —habló el hermano del joven.

—Así que hay un chico. Mantenlo vigilado, Kendall. No sabemos si puede interferir en nuestros planes. Si ya no hay nada más por discutir, retírate.

El chico dudó, aún no estaba satisfecho. Él quería hacer lo que su hermano hacía, él también quería la aprobación de su padre. Con un suspiro molesto salió del lugar.

El señor Miguel tomó una taza y se sirvió café.

—¿Qué pasó exactamente en la fiesta? ¿Por qué se equivocaron de chica?

—Es culpa de mis hombres y del barman, el barman nos dijo que quien tomó la bebida era la hija de James y mis hombres se llevaron a la chica desmayada.

—¡¿Y no pudieron revisarlo?! ¡Ni siquiera le quitaron el antifaz para confirmar que era la chica correcta! ¡Son unos inútiles!.

Miguel molesto estrelló la taza a un lado del chico, uno de los trozos de vidrio alcanzó a tocar su mejilla dejándole una herida por la cual salió un hilo de sangre. El chico ni siquiera reaccionó.

—Lo siento, señor. Me encargaré de castigar a los responsables.

—Con respecto a Kendall, vigílalo. No quiero que vuelva a arruinar mis planes.

—Entendido.

*

—JEAKY—

—Entonces… ¿qué haces aquí?

—¿Dónde está mi prima?

—Dime qué haces aquí y te diré donde está.

La pequeña Yenni —alias satanás— y yo estábamos en la habitación de Yena.

—Estoy aquí porque mi madre planea molestar a Yena porque no me cuidó con responsabilidad el día de la fiesta, y vine a hacer un trato para evitar el regaño.

—¿Un trato? Por un momento pensé que defenderías a Yena de tu madre.

—¿Tengo cara de tener a Yena en la categoría de “prima favorita”?

Ella Está LocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora