Severiano del Monte vive con sus cinco hijos adoptivos, pero ante un fallecimiento, la vida de sus hijos cambia el día de la lectura del testamento, con la aparición inesperada de Sara, su hermana, de quien no sabían su existencia.
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Una semana después:
Antes de leer el testamento, procedo a mostrar un vídeo realizado en vida por su padre. Que en paz descanse, Don Severiano del monte –Informa Dante, el abogado–
–El vídeo se empieza a reproducir y todos miran este con atención. Sofía se sienta en el borde del sofá que está simón y toma su mano como señal de apoyo–
Hijos... antes que nada quiero decirles que los amo, que son mi orgullo, y aunque físicamente no esté con ustedes, mi alma siempre los acompañará. Lo que les voy a decir les va a caer de sorpresa a todos y les pido perdón por no habérselos dicho en vida. Hijos... tienen una hermana. –Como siempre sus noticias las da de golpe–
¿Qué? –Dice Pedro sorprendido mientras comprarte una mirada con Juan. Todos menos el abogado tienen cara de sorpresa–
¿Una hermana? –Sofia se queda pasmada por la noticia–
Ya sé lo que están pensando, pero ella también tiene los mismos derechos. Por lo tanto, mi herencia, será divida en 6 partes iguales. Para Juan, Pedro, Mateo, Simón, Lucas... Y Sara del Monte –Termina con una sonrisa orgullosa–
¿Sara? –Pedro pregunta mientras arruga la frente–
¿Quién es Sara? –Mateo pregunta igual de confundido–
¿Quién es Sara? –Le sigue nuevamente Pedro–
¿Quién es Sara? –Ahora Juan se une al coro–
¿Tú eres Sara o que? –Mateo le dice a Sofía con ironía y en eso alguien abre la puerta del despacho–
¡Yo! –Dice una guapa mujer haciendo su entrada y su seguridad baja levemente al verlos pero se mantiene firme– yo soy Sara del Monte.
–Los hermanos se levantan rápidamente de sus asientos. Algunos botando baba por ella, y a su vez enojados con ella–
Me hubiera gustado conocerlos en otras circunstancias, hermanos.
¿Hermanos? –Se burla Simón y algunos se ríen– No, te estás confundiendo de familia.
Esto es una broma, ¿no? –Mateo pregunta sonriente–
Wow, que conveniente –Pedro dice con ironía y seriedad– Este preciso momento. ¿Mm?. Y quién nos asegura que en verdad es hija de nuestro padre.
No deberíamos ni estar sorprendidos, si Don severiano era todo un playboy, bueno, eso dicen las malas lenguas –Sofía se burla–
–Juan la mira con seriedad– Más respeto con mi papá, seguramente esa mala lengua es la tuya.
Así te duela Juanito, No lo digo yo, lo dice la futura evidencia -Señala a Sara-
