14. Quien te demuestre que importas

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Verónica

—¿En qué número estoy pensando, entonces? —dice Jason

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—¿En qué número estoy pensando, entonces? —dice Jason.

—¡No se vale! —reclamo.

Ethan tiene el descaro de reírse.

El muy tonto de Jason ha llegado tarde, muy muy tarde al invernadero. Así que ahora no tenemos tiempo de que me explique cómo desmembrar un snargaluff para replantarlo sin morir en el intento y, a Ethan, cómo sacarle las hojas a la tentácula venenosa.

—Si no intentáis ganar —canturrea Jason—, vamos a perder el poco tiempo que queda.

Me cruzo de brazos sin saber si me da risa o me exaspera.

Se le ha metido en la cabeza que nos tenemos que «ganar» sus explicaciones adivinando un número, y le enseñará al que atine durante el poco rato sobrante de nuestra tarde de estudio.

Y necesito sacar buena nota en el examen del lunes. Me estresa y alivia que la profesora Vaughn vaya evaluando de a poco, un tema por vez, pero eso hace que sean exámenes muy seguidos.

A ver, ¿qué número puede estar pensando Jason?

—Al menos dinos un rango —pide Ethan, apoyado en una de las mesas del invernadero.

Jason, sentado encima de la que está pegada al fondo, balancea las piernas mientras niega, con los lentes un poco escurridos.

¿Me arriesgo a leerle la mente?

Nada ha cambiado últimamente, leerlo sigue siendo tan espontáneo como a principios de curso. Que siga molesta con él no ayuda a que disminuya la legeremancia. ¿Qué pasaría si lo intentara a propósito?

No lo sé. Sigo intentando adivinar por mi cuenta.

Yo estaría pensando en mi fecha de cumpleaños si fuera él.

—¿Dos mil cuatrocientos siete? —sugiero.

—Casi.

—¿Eh? —Ethan nos mira alternativamente en busca de una explicación.

—Era seis mil setecientos once —dice Jason saltando de la mesa—, como ambos perdisteis os voy a dar un par de trucos para que no arruinéis ese promedio perfecto —Se pone una mano en el pecho con los ojos cerrados como si dijera «aprecien mi acto de bondadosa caridad».

—Esperad —Ethan se para en medio de Jason y yo—, ¿cómo dos mil cuatrocientos no-sé-qué es «casi» seis mil no-sé-cuánto?

Jason rueda los ojos como si el pelinegro tuviera una mente de lo más lenta.

—Veinticuatro de julio, como si fuera una sola cifra —comienzo a explicarle—, por el cumpleaños de Jason.

—Y seis por junio, cero siete por julio y once por noviembre —resume el castaño subiéndose los lentes—, nuestros meses de cumpleaños.

Personas a las que amar y otros quién [VV #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora