Demasiado virgen. [NOMIN]

Cap 1.

Yo soy Jeno, un joven de 21 años que disfruta de la vida a su manera. Porque de eso se trata la vida, ¿No es así?.
Aunque mis padres creen que he fracasado a una temprana edad. No es fácil tener que lidiar con una familia de "profesionistas", mi madre, un médico reconocido en el hospital donde trabaja. Mi padre, un abogado dueño de un bufete de abogados. Mi hermana, un médico igual de reconocida que mi madre y finalmente estoy yo, quién no quiso ingresar a ninguna universidad.
Me he dedicado a trabajar desde que termine la educación media, me gusta el dinero, así que preferí tener varios trabajos a la vez para comprar todo lo que quiero. Logré comprarme un coche y no es el mejor pero me gusta porque viene de mi esfuerzo, pero mis padres pocas veces le hablan de mi a la gente con la que se relacionan por no ser un profesionista como ellos.

¿De verdad es tan necesario tener que ser un profesionista?, los he apoyado económicamente desde mi primer trabajo y a decir verdad, ni siquiera es algo necesario. Todos tienen  sueldos bastante buenos, sin embargo, siempre me ha gustado darles parte del dinero que yo gano.

Es muy jodido tener que escuchar todos los días los reproches de; "¿Por qué no puedes ser como tu hermana?", "No vas a progresar nunca de esa manera".
Y para mi mala suerte, hoy me despidieron del trabajo. Genial, mis padres van a estar tan satisfechos de gritarme a la cara un "TE LO DIJE".

Tenía que encontrar un trabajo lo antes posible, solo así evitaría los jodidos reproches.

En el camino de regreso a casa me detuve a comprar un café. No sabía si al llegar a casa mis padres estarían ahí. Simplemente trataré de gastar el mayor tiempo posible, si me ven llegar a esta hora es seguro que van a sospechar que soy un desempleado ahora.
Hasta hace unos segundos creía que la buena suerte era una mierda que la gente se inventaba, pero, para mi buena suerte antes de entrar a la cafetería había un letrero donde solicitaban un chófer de entre 20-25 años. No decía nada más, y tenía un número de celular.
Me olvide del café y simplemente regrese al auto para marcar al número donde estaban solicitando. La llamada no me hizo esperar demasiado, al segundo timbrasos respondieron. Me contestó una mujer bastante amable, dijo que para más información necesitaba hablarlo en persona. Tenía bastante tiempo de sobra así que acepte, me envió una dirección para encontrarnos en  persona, dicha cita quedó acordada para la 1:00 pm y además quería que llevara todos mis papeles en regla para poder conducir. Eso no era un problema, tenía todo en perfecto orden.

Regrese a casa y una vez más; para mi suerte no había nadie. ¿Debería comenzar a creer en esto de la suerte?.
Tomé una ducha y trate de vertirme lo más presentable posible, tampoco quería verme como un idiota. Una vez listo, salí nuevamente para dirigirme a la dirección que acordé con la mujer.
La dirección no quedaba muy cerca, así que tuve que conducir un poco más rápido para ser puntual.
Al llegar a la dirección indicada y 5 minutos antes, me di cuenta que se trataba de una casa bastante lujosa.

Justo ahora iba a confiar en la suerte. Deseaba ser el chófer de algún chico o chica sexy que viviera en esta casa.
Me baje del auto y llame por el altavoz que tenían, al cabo de unos minutos una mujer bastante guapa y no muy mayor me recibió en la puerta haciéndome pasar, si por fuera la casa se veía grande, por dentro era dos veces más.
Definitivamente unos riquillos.

—Mucho gusto, soy la señora de esta casa, Na Heedo.  —se presentó aquella mujer y al extender su mano para saludarme note su anillo que obviamente demostraba que era casada, así que perdí cualquier interés que mi cabeza haya generado por ella.

La suerte llevaba un punto menos a su favor.

—El gusto es mío, soy Lee Jeno.  —le devolví el saludo cortésmente.

—Te ves bastante joven, ¿estás seguro que podrás con este trabajo?  —habló la mujer

—Tengo 21 años, señora. No considero que llevarla a los lugares a dónde tenga que ir sea una tarea muy complicada  —quise decir más, pero tenía que demostrar formalidad porque de verdad necesitaba este jodido trabajo.