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Habían pasado dos semana desde todos los eventos beneficos que hicieron y todos siguieron sus vidas. Alice no habló con FP más que lo normal para que su pequeña hija no hiciera preguntas al respecto.

Ya no se abrazaban siquiera para dormir, se daban la espalda y ya no se buscaban inconscientemente para acurrucarse en ellos brazos del otro. Las cosas habían cambiado en y la cama que una vez fue cálida, ya no lo era, al igual que la habitación.

La rubia estaba de espaldas contra FP, la situación era rara, pues no podía estar ni un segundo sin sus manos fuera de él, pero ahora sí.

Se levantó con cuidado de la cama y lo vio dormir dándole la espalda. Tenía que alistarse porque sus hijos irían a la casa.

Luego de darse un baño regresó a la habitación encontrándose a FP revisando su celular.

— Hola — saludó él

— Hola — iba a empezar a cambiarse pero desistió de eso y se fue a sentar a la cama — creo que ya es tiempo de que hablemos

FP apagó su celular para prestarle toda la atención posible a su esposa. Ella se veía tranquila, era una buena señal.

— Esta vez no voy a correr a tus brazos como siempre lo hago, ya me cansé, pero hay algo que nunca podré cambiar — lo miró a los ojos — mi amor por ti no va a cambiar nunca a pesar de todo lo que me hagas. Tal vez yo estoy mal por no dejarte, pero no puedo hacerlo, te necesito en mi vida

— Perdóname

— Tú no sabes decir otra cosa más que perdóname — se encogió de hombros — he dicho esto tantas veces que ya perdí la cuenta FP, pero es la última que nos damos una oportunidad, si no funciona, con todo el dolor de mi corazón te dejaré ir

— Gracias Alice, gracias por darnos otra oportunidad y te prometo que a partir de ahora ya no habrá más secretos

— No más secretos, no más mentiras, por favor

— Estoy de acuerdo contigo

— Lo primero que tenemos que hacer es regresar a terapia matrimonial, cumplir con todas las sesiones y no darnos de alta nosotros porque creemos que ya estamos bien ¿De acuerdo?

— De acuerdo. ¿Cuándo empezamos con la terapia?

— En estos días haré una cita y te aviso

— Bien — se inclinó para besarla pero ella lo detuvo — ¿Qué pasa?

— No será tan fácil, Forsythe, necesitamos espacio y no terminar en la cama como siempre lo hacemos — se levantó de la cama — alistate antes de que los niños lleguen

— ¿Quiénes vienen?

— Dylan, Juguead, Betty, Lu y Barbara

— Vaya, casa vacía — ella le sonrió — te confieso que es raro no tener a Archie y Verónica aquí con los demás

— Para también es raro, pero bueno, ¿Qué le vamos a hacer?

— ¿Sebastián no viene?

— Si, pero llegará después que los niños, andaba viendo algo con su disquera. Por cierto, espero no te moleste que invité a Taylor

— Claro que no. Veo que ya te llevas mejor con ella

— Da lo mismo

.

Betty y Juguead llegaron juntos, cosa que para Alice era sospechoso, pero no dijo nada, solo se limitó a ver qué hacían. Esperó con ellos en la sala hasta que llegó Dylan con Barbara y tiempo después Lucrecia y su esposo.

Detrás de cámaras 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora