GARANTÍA DE 14 DÍAS

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Finalmente, el automóvil llegó a la entrada de la tienda principal de S Department Store.

—¿Por qué aquí...?

Ella miró a Moohyuk con cara de perplejidad, pero no respondió y abrió la puerta del pasajero. Cunado Jaehee se bajó, dejó el valet parking y avanzó. Jaehee se quedó quieta y vaciló, Moohyuk se dio la vuelta. Jaehee lo siguió apresuradamente ante la mirada que pedía que lo siguiera.

—Señor Moohyuk...

Ella se preguntaba el hecho de haberlo seguido, pero no pudo soportar el silencio en el ascensor y lo llamó con cuidado. La mirada de Moohyuk se volvió hacia Jaehee, y cuando la miró a los ojos, se estremeció y luego mordió la carne de su boca para controlar el miedo.

—Allá...— dijo ella.

—Me dices luego — respondió él.

Justo cuando se abrió la puerta del ascensor Moohyuk empezó a caminar. Jaehee suspiró, decidió dejar de hacer preguntas y lo siguió. La atención de la gente se centró en las marcas de polvo que llevaba aquel hombre en su camisa, no podían ocultarse ni siquiera con el abrigo negro. Jaehee se sentía agobiada por las miradas de la gente, ni siquiera se dio cuenta de que el pasillo por el que caminaba era deslumbrante. De hecho, Moohyuk, quien es el que recibe las miradas, tiene un rostro apagado, se quedó de pie frente a una tienda de lujo en un pasillo concurrido.

—Entremos — Resopló él.

El rostro de Jaehee se cansó de ver el logotipo del local de lujo, al que nunca había podido ir ni ver.

—Aquí.... — dijo ella.

Jaehee no estaba acostumbrada a tiendas de lujo. Cuando era más joven, incluso cuando iba de compras con su familia, su abuela la odiaba, así que siempre tenia que dejar de ser ella misma. Incluso si los artículos de lujo estaban en las manos de su familia, Jaehee no tenía parte.

Como era natural, Jaehee no estaba ni feliz ni triste. En lugar de salir y ser acosada por su abuela, ella se sentía más cómoda sola en casa. Cuando ingresó a la universidad, Shin Chaegeun le compró una billetera de lujo como regalo de felicitación, excepto por ese momento, Jaehee ni siquiera había tocado o mirado artículos lujosos. Ella no quería quedarse de brazos cruzados en casa, así que iba a la universidad, obtenía sus calificaciones y trabajaba a tiempo parcial. Pero esa es la marca "H", incluso a Jaehee, que no interesan las cosas lujosas, sabía que no eran de fácil acceso. Tampoco está acostumbrada a interiores brillantes y elegantes en las tiendas, por lo que se sintió retraída, sentía que se había atrevido a entrar a un lugar al que nunca debía haber llegado.

—Apresurate —musitó Moohyuk

A insistencias de aquel hombre, Jaehee tomo el valor que tenía y avanzo con fuerza, aunque anteriormente vacilaba. Cuando Moohyuk entró, el gerente lo reconoció rápidamente y se le acercó, mientras Jaehee lo veía desde la distancia. A diferencia de ella que se encogió de hombros, Él se quedó allí como si fuera natural, sin la menor incomodidad. Y así, ella se dio cuenta de la diferencia entre los dos y se río amargamente. Eventualmente, el gerente guío a Moohyuk a otro lugar, y dando por terminada la conversación, el hombre llamó a Jaehee:

—Ven aquí.

Jaehee, dejando de lado sus pensamientos, asintió y lo siguió. En la sala privada, ella se sentó un poco apartada de Moohyuk. Él la miró por un momento como si no le gustara, pero no dijo nada. El personal proporcionó té y galletas, y después de dar las gracias, Jaehee puso lentamente los ojos en blanco; incluso tuvo la ilusión de que la tienda estaba en otro mundo por sus buenos aromas y buena música. Al cabo de un rato, llegó un empleado con la mano enguantada de blanco sosteniendo un bolso Birkin negro con baño de oro.

EL CORTEJO DE LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora