Fe #4

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Entendí unas cuantas cosas sobre esta creencia única en el pueblo, al que oraban y adulaban. Se trataba de una entidad que nació de dos hermanos, que fue rechazado socialmente. Sin tener culpa de nacer ni de nada.

Tenía un aspecto demacrado y deforme a causa de la injusta biología. Un cuerpo delgado, un rostro asimétrico. Le faltaban algunas partes en sus extremidades y cuerpo en general, otras sobraban. Pero tenía un corazón amable y de bondad infinita. Que te enseña a no odiar a otros sólo porque lucen diferente, o porque tienen gustos distintos, ni porque llevan una vida fuera de lo normal. Es una religión que incluye a los rechazados, que ama a todos por igual.

Y cito “No se trata ser todos iguales, sino de aprender a respetar las diferencias”, es una de las frases más hermosas que me inspiran y que las dijo esta entidad que ellos llaman “Queer”. Que significa según Google, "extraño" o "poco usual".

En ocasiones según el padre, este ser pide a los más fieles, ciertos sacrificios específicos. Que refuerza mucho más el lazo con Queer. No me ha dicho que tipos de sacrificio demanda, pero imagino que se trata del ayuno, de venir a rezar y esas cosas.

De vez en cuando al igual que en otras religiones, los fieles vienen a rezar a la iglesia los domingos. Algo curioso es que prácticamente vienen todos los del pueblo a reforzar la fe. Un sábado a la semana van el padre y un 'reforzador de fe' a la casa de alguno de los creyentes que viene faltando los domingos, para llevarle la palabra de Queer hasta su hogar.

Sinceramente me parece un gesto noble del padre, como si fuera alguna especie de misionero. Con la mision de llevar la palabra de Queer a cada rincón de Snackville. Para que nadie se quede fuera del círculo, que nadie quede excluido. . .

...

Una vez fuera de la iglesia, marqué rumbo hacía la granja nuevamente, alejándome del centro del pueblo. En el camino pasé delante de una casa pequeña y dos ancianos estaban sentados afuera

—Niña, ¿Tú eres la nueva inquilina de los Peacock? Ese pelo rojo es único en el pueblo, y jamás te he visto. Debes ser la nueva, sí— vocifera la anciana que claramente me hablaba a mí.

—mucho gusto, soy Joseline Wattpad. Y sí, soy nueva aquí y tal vez Joseph le habló de mí, ¿Puedo saber su nombre?—mi cuerpo gira hacia la pareja de ancianos, preguntando a la señora.

—Me llamo Livia, mi esposo se llama Cornelio. Aunque él ya es sordo, mudo y ciego. No le prestes atención. Y no querida, los loros me lo dijeron, dijeron que una nueva muchacha de cabello como las llamas estaría con los Peacock unos días. Ellos lo saben todo— me explica la anciana.

—¿En serio unos loros saben eso? ¿Puedo conocerlos señora Livia?— digo mientras me acerco a ellos.

—claro joven, Ramón los cuida en la siguiente casa, es nuestro vecino. Y por cierto, si ya te vas, saluda a la pequeña Peacock de mi parte... Esa niña venía a limpiar mi casa antes pero ahora ya no viene. Aunque es una suerte, no paraba de hablar, daban ganas de hasta cortarle la lengua jajaja— me dice, lo cuál me pinta un rostro aterrado por las palabras de la mujer.

No conocí a la pequeña Peacock, probablemente sea la hija de Joseph y murió hace poco... Prefiero no preguntar. Sin más seguí mi camino hasta la casa contigua. Afuera estaba un hombre mayor con la boca cocida por un hilo negro, sujetando con las manos un par de loros en una jaula de metal.

—buenas noches... Lamento si le molesto, ¿podría hablar con estos loros un momento?— pregunto sin esperar alguna respuesta.

—Dime un apellido, te diré lo que sabemos— dice uno de los loros, lo cual echan a reír al terminar la frase.

—Ehm... ¿Wattpad?

—sacrificio —dice uno —descendencia— dice el otro.

—no entendí... En fin, ¿Peacock?

—hermanos...—dice uno —abuela— dice el otro.

— sí, los Peacock tienen dos hijos y una abuela, sin duda saben bastante. Que tal.... ¿Jones?— vuelvo a preguntar

—amor— dice uno — cerdos— dice el otro.

—sí, ellos cuidan muy bien de los cerdos de los Peacock, sin duda aman a los animales. De verdad saben demasiado.

—Vuelve cuando sepas más apellidos niña, te estaré esperando— se escucha una voz de adentro de la casa y Ramón voltea a verme.

Sentí un leve escalofrío y me fui hacía la granja, terminando así, el día de entrevistas.

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Snackville: un pueblo únicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora