Luego de dormir mis correspondientes 8 horas, me levanto de la cama y comienzo a ayudar en la granja. Con los quehaceres y demás, no me gusta vivir aquí de a gratis, es lo mínimo que puedo hacer.
Debo recalcar que anoche me despertó un grito femenino, fue como desgarrador. A mitad del grito escucho como algo lo silencia rápidamente. Tengo buen oído, puedo decir que provenía del primer piso. Por suerte pude reconciliar el sueño en unos pocos minutos.
En la mañana, me encuentro con Robert posado sobre la pared cercana a la puerta, vendandose la mano. Le pregunto que le pasó y responde.
—tranquila, no es nada grave. Seguro un grito te levantó anoche. Quitaba a mi abuela de la silla de ruedas a su cama, pero en el proceso me mordió la mano, por lo cual grité de dolor. No te preocupes por mí— dice con un rostro que refleja tranquilidad absoluta.
Quería seguir la conversación pero Maria me toma del brazo y me saca de la casa pero en un gesto para que la acompañe.
—Querida, ¿Te gustaría acompañarme al hospital? Necesito dar mi visita mensual al doctor.
—Por supuesto, es de los pocos lugares que me falta visitar. Será un placer señora Rosette— muestro un gesto de aceptación y embarcamos rumbo hacia el centro del pueblo.
Ya allí, lo encuentro como un lugar un poco lúgubre. Se componía de dos edificios medianamente grandes. Pero uno era más pequeño que el otro y que sólo tenía un acceso y estaba cerrado con candado. Así que entramos por la puerta principal al edificio disponible.
Una vez en el lobby, noto la presencia de Michael y de otro hombre, que probablemente era Reid, su esposo. Ya que iban de la mano. Aunque Reid estaba parado y un poco angustiado. Sólo se dedicaba mirar a los alrededores y a morder sus labios como si sintiera mucho dolor. Michael estaba sentado sosteniendo su mano pero con una mirada de arrepentimiento.
También noté que estaba un señor con una pierna deforme gigante. Me asombró tanto que no pude evitar ir a preguntarle que le sucedió.
—Hola... No te preocupes, no está mal preguntar. Mi condición se llama Elefantiasis o Elefantitis. Mi pierna creció de esta manera por un problema linfático. Ya estoy cansado de vivir con esto, espero que el doctor pueda amputar la pierna de una vez. Quiero vivir tranquilo de una vez por todas...— me cuenta con una mirada a la nada. Como si ya no tuviera nada más que perder. —al menos eso dijo que haría hoy. Así que mañana ya seré un nuevo hombre— recobra la fe y mira hacía arriba.
Vuelvo y acompaño a la señora Maria. Donde nos atiende un hombre bastante atractivo y con una actitud muy simpática. Era el doctor Vall.
—por aquí señoritas, tomen asiento— dice el doctor apuntando a dos sillas vacías. Maria y el doc intercambian algunas palabras y me piden que espere afuera para el chequeo rutinario.
Camino un poco por el vestíbulo, luego llego a un pasillo largo y no encuentro sillas para sentarme a esperar. Así que sigo caminando hasta chocar contra una puerta blanca. Entro y me doy cuenta que está lleno de archiveros y papeles por doquier. Y Profesor... Si lee esto, por favor no me acuse con la policía. Decidí investigar un poco para saber que decían algunos archivos personales.
Aquí transcribire algunos datos interesantes de algunos pacientes claves.
Julius Johnson (alcalde)
38 años
Micropene
Estéril¡Wow, esto es bastante vergonzoso. Profesor, espero no le muestre este trabajo a nadie!
Dolores Peacock
76 años
Regresión de edad por trauma
VIH: negativo
Gonorrea: negativo
Diabetes: negativo
Covid: negativoPor suerte la abuela no tiene covid, escuché que es fatal para los de su edad.
Anthony Merino
26 años
Sarpullido y necrosis cutánea en la zona genital.
Posible gangrena.Ok, ya dejaré de leer pero pobre lo de este hombre...
Pasado un tiempo, volví a la sala donde atendían a María, luego salió y nos fuimos del hospital. Llegamos hasta una especie de tienda, dónde la señora Rosette compró algunas provisiones para esta noche. Pude notar que en la barra, estaba una joven mujer con unas gafas grandes y oscuras. Pude observar además que llevaba demasiado maquillaje en el rostro. Se podía ver la diferencia de tonalidad entre su cara y su cuello.
Ella mantenía la mirada fija en la puerta, como si no pudiera verme ni a mí ni a Maria. Cuando se movia lo hacía con cierta torpeza y con los brazos extendidos. No hay que ser un genio para darse cuenta de que ella era ciega.
—¿Disculpa, tiene cerveza artesanal?—le pregunto a la mujer. Buscaba comprar cerveza para Joseph, en modo de agradecimiento por dejarme vivir temporalmente en su casa.
—Claro— breve pausa y continúa —justo en la estantería roja de la derecha, es de las que le encantan a mi marido— recita.
—Hola Carmen, ¿Cómo está tu esposo? Lo vi anoche tomando cerveza hasta más no poder con los albañiles del pueblo— pregunta Maria a la mujer.
—durmiendo, vino muy cansado anoche y dudo que quieran que lo molesten... Se irrita fácilmente cuando bebe y al día siguiente de haber bebido— una mirada seria y angustiada pinta su rostro.
Compramos lo pertinente y nos da el vuelto con completa dificultad, no cabía duda ya de que era ciega.
Salimos de allí y fuimos a casa, para terminar al fin el día en la granja.
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Snackville: un pueblo único
Mystère / ThrillerSe trata de una tesis escrita por una alumna de UNAT, un profesor lo publicó al encontrar ciertos detalles inquietantes en el escrito de 10 páginas, luego de hacerlo, se quitó la vida.