Kamino

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La semana siguió como si nada, salvo el hecho de que Kirishima tenía una constante sensación de intranquilidad que no lo dejaba concentrarse en nada (y que Bakugou luciera como un zombie en las clases no ayudaba demasiado). No acreditaba el mal aspecto del rubio a la pelea que habían tenido en lo absoluto, pero le era difícil no querer acercarse para preguntarle si se sentía bien o si había algo preocupándolo. Así como iba, no iba a alcanzar a terminar la semana sin ser el primero en acercarse.

- Porque eres así de estúpido, aparentemente – le dijo Jirou durante el almuerzo.

- ¡Oye!

- Igual tiene un punto – la apoyó Kaminari -. Te trató mal de la nada... Si te acercas a él, le vas a dar el mensaje equivocado.

- Vas a ser exactamente igual a Midoriya – dijo la chica intentando no reír.

- ¡Pero luce tan triste!

- Luce cansado – aclaró Kaminari -. Es muy pronto para saber si Bakugou es un ser vivo capaz de sentir tristeza.

- Sea como sea, yo puedo hablar con ustedes sobre lo que pasó. Él no puede conversar con nadie.

- Bueno, debió saber que esa es una de las consecuencias de no tener amigos.

- Ya entendimos que estás de lado de Kirishima, Kaminari – dijo Jirou rodando los ojos -. Quieres que hable con Bakugou, ¿verdad?

- ¿Lo harías?

- Si no lo hago, vas a terminar yendo tú, ¿verdad?

Kirishima sonrió un poquito avergonzado de lo poco que podía mantenerse enojado con alguien y de lo bien que Jirou podía leerlo, mientras asintió con la cabeza. Tampoco era que se dejara pisotear, pero su naturaleza era tan pacífica que era de los que preferían tragarse el orgullo y solucionar las cosas que mantenerse peleado con alguien, cualquier persona. Y en este caso, si esa persona más encima le gustaba, obviamente tenía más ganas de solucionarlo aún...

Kaminari le dio una pequeña colleja a modo de reproche, y no se quejó porque sabia que se lo merecía.

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Aquella noche en la residencia, la conversación giró en torno a lo poco que quedaba para pasar al segundo año. Entre las clases, las pasantías y prácticas (y claramente, los ataques de la Liga de Villanos), el año escolar había pasado volando; el clima había empezado a mejorar anunciando que el invierno terminaría pronto para dar paso a la primavera, y con ella, dejarían de ser alumnos de primero.

Bakugou y Jirou no estaban y aunque todos notaron sus ausencias, nadie aparte de Kirishima y Kaminari creyeron que los chicos estaban juntos. Kirishima no podía evitar un ligero cosquilleo de nerviosismo en su estómago sabiendo que Jirou estaba intentando hablar con Bakugou, preocupado y ansioso de que el rubio no volviera a reaccionar mal y al contrario... Todo volviera a la normalidad lo antes posible.

Esperó hasta lo más tarde que pudo, pero ninguno de los chicos volvió para la cena y después de cierta hora ni siquiera valía a pena esperar a que Bakugou regresara, ya que normalmente se iba a acostar temprano. Volvió a su habitación algo decepcionado decidiendo que lo mejor sería hablar con Jirou al día siguiente, y por ahora, acostarse a dormir.

Se lanzó en su cama y suspiró. Si hubiese pasado algo bueno, Jirou lo habría ido a buscar de inmediato o lo hubiese tranquilizado con un mensaje de texto, ¿verdad? Cuando había salido del ascensor, había notado que las luces de la habitación de Bakugou estaban encendidas a través de los bordes de la puerta cerrada, así que tampoco lo esperanzaba mucho saber que el rubio seguía despierto y aun así no habría regresado al área común de la residencia.

Ataque de CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora