Todoroki reinicia todo

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Bip, bip.

El celular de Bakugou vibró repentinamente sobre su mesa de noche, haciendo que se sobresaltara. Estaba por quedarse dormido, así que medio desorientado, estiró su brazo para tomarlo y ver la pantalla con un ojo abierto y el otro cerrado: Había llegado un mensaje al grupo de chat que tenía con Todoroki y todos los alumnos de otras escuelas con los que había estudiado para sacar la licencia provisional durante unos cuantos meses (A excepción de ese tal Seiji, que no había querido que incluyera en algo tan estúpido como un grupo de chat).

Camie, la alumna de Shiketsu, les estaba avisando a Todoroki y a él que la escuela visitaría la ciudad durante el fin de semana para una demostración especial de un héroe, y ya que no se veían desde que habían terminado sus clases, podían reunirse los cuatro (junto a Inasa) para hacer algo entretenido y no perder el contacto ni los lazos que habían hecho.

Sin tener nada que opinar, rodó los ojos, devolvió su celular al velador y se acomodó para dormir.

Al día siguiente, el de cabello rubio se encontraba sentado en su asiento cerca de la ventana, esperando a que el profesor Aizawa llegara para comenzar la clase, cuando vio de reojo que alguien se le acercaba desde la puerta. Era Todoroki, que se paró a su lado con su clásica expresión en blanco, y le mostró su celular.

- Bakugou, ¿viste esto?

- Tsk. Obviamente

- ¿Vas a ir?

- ¡NO! - gritó girándose hacia el chico que se mostró completamente inexpresivo ante la respuesta -. ¿Para qué querría juntarme voluntariamente con esos extras?

- Porque son nuestros amigos - explicó con toda calma.

- Tengo cosas más importantes que hacer - contestó, al mismo tiempo que Aizawa entraba al salón de clases y todos los alumnos iban a sus puestos a sentarse.

Era cierto que durante los meses que tuvieron clases extra, Todoroki y Bakugou habían compartido más tiempo con Inasa y Camie que con sus propios compañeros de la U.A. No solo porque estaban obligados a pasar tiempo juntos durante los descansos de sus lecciones para el examen provisional, sino porque después de terminar siempre regresaban juntos hasta la estación de metro, y a veces se desviaban para beber o comer algo antes de despedirse.

No significaba que fueran amigos, pensó Bakugou. Significaba que eran gente con la que había estado obligado a compartir, y como eran decentes, los toleró. Pero las clases para la licencia provisional se habían terminado así que no le veía ningún sentido a seguir viéndolos. Ya era suficiente con que tuviera que soportar a los que se creían sus amigos de la U.A., como el bastardo mitad y mitad, o el idiota de Kaminari.

Obviamente, Todoroki no lo dejó tranquilo durante toda la semana hasta convencerlo. Le mencionó que era bueno para un héroe mantener los contactos, sobre todo con gente del otro lado del país. Cooperación, comunicación, blablablá. Bakuguo había perdido la cuenta de cuántas veces había rodado los ojos esa semana hasta que finalmente le gritó que bueno, que iba a reunirse con los estúpidos extras de Shiketsu si le dejaba de hablar para siempre.

Y así fue como llegó la fecha, ese día viernes después de clases. Inasa y Camie no conocían demasiado de la ciudad, así que querían ir al parque, tal vez caminar a la costanera, pasar por un arcade y beber algo. Solo serían unas horas antes de que ambos alumnos regresaran con el resto de su clase para las actividades oficiales. Bakugou y Todoroki tampoco podían tardar tanto debido al toque de queda de la residencia; La idea era volver antes de que anocheciera totalmente.

Ataque de CelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora