✩ Notas del autor: ¡Hola mis bonitos lectores! Como se imaginarán este es un fic de reencarnaciones, la verdad no soy muy fan de esta clase de tramas, pero me pican las manos por sacar un AU! donde todos sean felices, nada de BF haya pasado, Ash tenga una familia amorosa y las cosas sean muy distintas y puedan enamorarse normalmente.
✩ Género: Alternate Universe (College/University) /Friendos to lovers/ Canon Divergence/ Post Canon/ Reincarnation/ Fluff/ Slice of life.
✩ Ship: AshEiji/ MaxJess/ WongLung.
✩ Advertencias: Muy importante y necesario para leer la trama, si bien, este fic tiene la premisa de que Ash luego de su muerte encuentra todas esas cosas que como fan me dan confort ya sea en una familia, una vida escolar normal y amigos, todo esto sucede en el contexto de su suicidio, por eso recuerda todo lo de su vida anterior por así decirlo. Así que, aunque el fic es muy fluff y de recuperación y reapropiación traumatica (sanador según yo), el prologo ocurre en medio de un episodio de suicidio con ideación suicida activa, así que se pide discresión con la lectura y respeto. Es muy importante para mí siempre plantear que nadie se "mata por llamar la atención", todo suicidio, sea ideación o intento, habla de una gran cantidad de desesperanza, esto puede ser reactivante para quienes son sensibles con el tema. Se pide responsabilidad en la lectura.
Ahora, sín más, los dejo con el progolo. ¡Espero que les guste! Y esto es basicamente lo más fuerte que tendremos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Buenos días, policía, ¿en qué puedo ayudarlo?
—¿Policía? Ah, lo siento, creo que confundí los números de teléfono.
—¿A quién quería llamar, caballero? —Ash ríe con vergüenza, sus dedos tiemblan contra la carcasa del celular, es esa horrible de Nori Nori que tanto le gustaba a Eiji, esa de un azul tan profundo como el mar y un dibujo tan grotesco que llega a ser burdo y aun así, le encanta—. ¿Caballero?
—¿Sí?
—¿A quién quería llamar?
—A una ambulancia.
—¿Una ambulancia? ¿Alguien está herido? —Los golpes contra su puerta se escuchan lejanos, igual que la voz que arremete contra la pared, sus dedos hacen un esfuerzo por sostener la funda y evitar que se resbale porque no cree tener la fortaleza física necesaria para recogerla otra vez.
—Sí... —Debe concentrarse—. Necesito una ambulancia a mi dirección.
—¿Qué pasó? ¿Está en peligro? —Irónico estarle pidiendo ayuda a la policía a estas alturas, supone que la vida tiene maneras muy torcidas de castigar.
—No, no es nada. —Apenas suspira, el aire se siente pesado, su cuerpo deja de responder de manera progresiva, no puede quedarse dormido, no todavía—. Llamo por un intento de suicidio. —Dice con suma simpleza y cortesía, saboreando cada palabra y sintiendo el resqueme de extrañeza quemarle la lengua.
