Hi~ Como prometimos que veriamos todos los lunes este fic acá estamos al día~ El capítulo de hoy se me hace muy bonito y relax, así que espero que les guste chiquillos, muchas gracias por el apoyo y el cariño.
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Aslan ordena su closet.
Saca sus chaquetas, arroja los jeans, tira los abrigos, amontona los suéteres y arrumba sus zapatillas.
Él ama sus zapatillas.
Son esas converse iguales a las de su vida pasada, ya saben, la vida en dónde se suicidó.
Existe algo catártico en el suicidio e incluso si tiene arrepentimiento o se es un sobreviviente asegura que marca un "antes" y un "después" en el mundo interno, al llegar a esa realidad nunca tuvo chance de hacer un duelo por las cosas que perdió o de hacerse cargo, últimamente le bajó la pena por esto y es gracioso porque con tanta mierda que pasó desde su entrenador juró que nada podría afectarlo y es así. Griff está preocupado, lo nota extraño y tan deprimido, le ha insistido que vea un psicólogo pero qué tonto que un psicólogo necesite de un psicólogo ¿no? Es obvio que se puede terapiar igual que cuándo un médico necesita una operación y se opera a sí mismo.
Cómo sea.
Ha estado pensando demasiado en su suicidio y más con la práctica profesional, si algo aprendió sus primeras juntas introductorias bajo el ala de Max es que hay humanos que poseen suicidabilidad de manera crónica y acá entra en juego su propia contratransferencia ¿quién se cree para pedirle a una persona que ha sufrido tanto que siga viviendo?, ¿por qué la gente tiene que vivir? Es ahí cuando se disocia y de repente no está viendo a un paciente, sino que sigue atrapado en el auto con Max y Jess y las venas cortadas llorando puesto que la existencia carece de sentido y está jodidamente agotado.
Sin embargo no está listo para encarar ni trabajar nada de eso, lo último que necesita además de su estrés post traumático y su titánica lista de traumas es un cuadro depresivo y darle a la nueva versión de sí mismo medicamentos.
Así que ordena su closet, lo ayuda a mantener su mente ocupada en otra cosa y además ansía cierto sentido de estabilidad aunque sea falso ya que ¿qué diablos es este infierno personal? Cada mañana se lo cuestiona.
—Bueno. —Ash suspira para sí mismo, desviando su atención hacia el espejo en su cuarto—. Es duro ser siempre el antihéroe.
—¿Antihéroe? —Claro que Max entra a su habitación sin siquiera tocar, lo ve ahogado por montañas y montañas de ropa con una mueca confusa y una mirada cómplice—. ¿Así te sientes?
—¿Qué haces acá?
—Griff me mandó a cuidarte.
—Me trata como un bebé. —Refunfuña irónicamente porque ¿qué no hubiera dado para ser tratado como un bebé una vida antes?
—Bueno, es parte de su rol de hermano mayor.
—Tch.
—Además... —Los dedos de Max tamborilean contra la puerta—. Te noto más deprimido de lo usual.
