NOAH
Por fin cumplía dieciocho años.
Aún recordaba cómo once meses atrás contaba los días para que por fin pudiese ser mayor de edad, tomar mis propias decisiones y largarme co- rriendo de ese lugar. Obviamente, las cosas ya no eran como hace once meses. Todo había cambiado tanto que parecía increíble incluso pensarlo. No solo había terminado por acostumbrarme a vivir aquí, sino que ahora no me veía viviendo en otra parte que no fuese esta ciudad. Había conse- guido hacerme un hueco en mi instituto y también en la familia con la que me había tocado vivir.
Todos los obstáculos que había tenido que ir superando —no solo en estos meses, sino desde que había nacido— me habían convertido en una persona más fuerte, o al menos eso creía. Habían pasado muchas cosas, no todas buenas, pero me quedaba con la mejor: Nicholas. ¿Quién iba a decir que terminaría enamorándome de él? Pues estaba tan locamente enamora- da que me dolía el corazón. Habíamos tenido que aprender a conocernos, aprender a subsistir como pareja, y no era fácil, era algo en lo que trabajá- bamos todos los días. Ambos teníamos personalidades que chocaban a me- nudo y Nick no era una persona fácil de llevar, pero lo quería con locura.
Por ese motivo estaba más triste que contenta ante la inminente fiesta de mi cumpleaños. Nick no iba a estar. Hacía dos semanas que no lo veía, se había pasado los últimos meses viajando a San Francisco... le quedaba un año para terminar la carrera y su padre le había abierto muchísimas puertas, y él se había aprovechado de cada una de ellas. Lejos quedaba el Nick que
se metía en problemas; ahora era distinto: había madurado conmigo, había cambiado a mejor, aunque mi miedo era que en cualquier momento su antiguo yo volviese a salir a la luz.
Me observé en el espejo. Me había recogido el pelo en un moño flojo en lo alto de la cabeza, aunque elegante y perfecto para llevarlo con el ves- tido blanco que mi madre y Will me habían regalado por mi cumpleaños. Mi madre se había vuelto loca con la fiesta que había organizado. Según ella, esta sería su última oportunidad de representar su papel, puesto que en una semana me graduaba en el instituto y poco después me mudaba a la universidad. Había mandado solicitudes a muchas universidades, pero fi- nalmente me había decantado por la UCLA de Los Ángeles. Ya había tenido demasiados cambios y demasiadas mudanzas, no quería largarme a otra ciudad y, menos aún, alejarme de Nick. Él estaba en esa misma universidad y aunque sabía que lo más probable era que terminara trasladándose a San Francisco para trabajar en la nueva empresa de su padre, decidí que ya me preocuparía por eso más tarde: aún quedaba mucho tiempo y no quería deprimirme.
Me levanté del tocador y antes de ponerme el vestido, mis ojos se fija- ron en la cicatriz de mi estómago. Uno de mis dedos acarició aquella parte de mi piel que estaría dañada y marcada de por vida, y sentí un escalofrío. El estruendo del disparo que acabó con la vida de mi padre resonó entonces en mi cabeza y tuve que respirar hondo para no perder la compostura. No había hablado con nadie de mis pesadillas ni del miedo que sentía cada vez que pensaba en lo ocurrido, ni cómo mi corazón se disparaba enloquecido irremediablemente cuando un estruendo demasiado fuerte sonaba cerca de mí. No quería admitir que mi padre había vuelto a causarme un trauma, bastante tenía ya con no poder quedarme a oscuras a no ser que fuese con Nick a mi lado... No pensaba admitir que ya no podía dormir tranquila- mente, ni que no podía dejar de pensar en mi padre muerto justo a mi lado, ni en cómo su sangre salpicando mi rostro me había convertido en una loca. Eran cosas que me guardaba para mí: no quería que nadie supiese que estaba más traumatizada que antes, que mi vida seguía presa por los miedos
que aquel hombre me había ocasionado. Mi madre, en cambio, estaba más tranquila que en toda su vida, puesto que aquel miedo que siempre había intentado ocultar había desaparecido; ahora era completamente feliz con su marido: ya era libre. A mí, por el contrario, me quedaba un largo camino por recorrer.
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Culpa tuya © (2)
Romance¡Disponible los 16 primeros capítulos! Después de todo lo ocurrido el verano pasado, tras las peleas, los engaños, las decepciones y sobretodo la difícil convivencia de Noah con su hermanastro, las cosas parecen ir sobre ruedas. La vida de Noah da...