Dónde después de algunos años Jennifer volverá a aquel lugar y se reencontrará con viejos recuerdos y algunas amistades, dándose cuenta de que no ha superado del todo aquel pasado que la dejo tan marcada.
« Iniciada: 16/06/22
« Terminada: ¿?
« JJ Ma...
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✧*prólogo*✧
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< 2020 >
LAS OLAS DEL MAR se movían una y otra vez, rozando los pies de Jennifer, mientras esta leía aquel libro que ella misma se había regalado hace tan solo unas semanas por su cumpleaños. Normalmente, ella solía terminar de leer un libro en cuestión de segundos, pero cuando sus pensamientos se apoderaban de todo era imposible, por ese motivo llevaba postergando aquel libro por tanto tiempo, y es que aun no podía concentrarse del todo.
Jennifer odiaba los cambios, fueran pequeños o grandes, siempre fue de ese tipo de persona que prefería la monotonía, las rutinas. Era siempre organizada, cada mínimo detalle de su vida estaba planeado, pero eso no era lo que le enojaba, no le enojaba el hecho de que su padre hubiera acabado con su diario vivir, no. Lo que le molestaba era algo mas, y ella lo sabia aunque odiara el tener que admitirlo. Ese lugar no le agradaba ni un poco. ¿Por qué Outer Banks? ¿Por qué ahí? Habiendo tantos miles de sitios distintos, su padre decidia volver ahí, al unico lugar al cual juro no volver.
El calor que hacia era terrible, tal vez ese era el motivo de su molestia, tal vez eso la estaba haciendo pensar tanto, era como si el sol le quemara la cabeza directamente obligandola a pensar todo lo malo de su vida.
Eran casi las cinco de la tarde, debia volver a casa o su padre se enojaria, armaria un escandalo de esos que comunmente suele hacer y aún no estaba preparada para el primer regaño después de la mudanza, no obstante, ya sabia que esos eran de todos los dias. Con su padre las cosas nunca podían estar bien, no importaba cuanto hiciera o intentara, su padre siempre le recalcaria lo malo. Quiza por eso era tan perfeccionista, porque su papa de pequeña le habia metido en la cabeza que si no iba a hacer las cosa bien que mejor ni las hiciera.
Cerro su libro, suspirando pesadamente mientras miraba hacia el cielo, como si le pidiera a algún ser divino que la ayudase, como si de la nada fuera a llegar alguna señal. Se levanto y observo un rato mas la maravillosa vista que tenia en frente. Esa era de las pocas cosas que le agradaba de haberse mudado, la vista. Jennifer siempre ha sido fiel creyente de que no hay playas que se comparen con las de Outer Banks, tenian algo magico, tal vez solo ella lo sentia asi, quiza era toda la historia que habia de por medio en ellas.
Cuando regreso a su casa noto que su padre estaba algo arreglado, como si fuese a salir a algún lado.
- ¿Saldrás? - Preguntó.
- Si. - Respondió mientras se arreglaba los botones de las mangas de su camisa. - Tengo una reunión pendiente.
- ¿Llevamos menos de una semana aquí y ya tienes una reunión?
- Así es el trabajo. - La miro. - No creo que lo entiendas.
- Tienes razón, no lo entendería.
- Llegaré tarde, así que no me esperes.
Sin decir nada más abrió la puerta y solo fue cuestión de segundos para que la volviera a cerrar.
- Ni pensaba hacerlo.
Jennifer se dirigió a su habitación, la cual se encontraba en el segundo piso de la casa. El lugar era bastante amplio, era un intento de ser una pequeña casa vacacional pero termino siendo todo menos pequeña. Solía pasar cada verano en ella, todos los años, sin falta, ya hace mucho de eso, nunca lo admitía, pero extrañaba todo de ahí. Ese cuarto que tenia siempre le había encantado, aunque su primer pensamiento al entrar en el apenas llegó fue: debería remodelarlo.
Dirigió la vista hacia su ventana. Otro días más sola, siempre era así, o bueno, antes no era tan común, pero desde que su mamá falleció las cosas cambiaron demasiado. La relación con su padre nunca fue la mejor, pero antes, por lo menos, tenían un vínculo que los mantenía unidos, ahora nada. Extrañaba tener a su mamá, poder decirle lo mucho que la quería, poder decirle que a pesar de todo, siempre intento ser una buena hija para ella. Pero ahora ya no estaba y solo quedaban simples recuerdos.
A lo mejor lo que ella debía hacer era acostarse en su cama e ignorar todo, por lo menos por un corto tiempo. Mañana sería otro día y trataría de sobrellevarlo de la mejor manera posible.
