Dónde después de algunos años Jennifer volverá a aquel lugar y se reencontrará con viejos recuerdos y algunas amistades, dándose cuenta de que no ha superado del todo aquel pasado que la dejo tan marcada.
« Iniciada: 16/06/22
« Terminada: ¿?
« JJ Ma...
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✧*capítulo 1*✧
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<2020>
A JENNIFER LE ENCANTABA la soledad, disfrutaba de su propia compañía. Siempre que era invitada a alguna fiesta o salida, simplemente decía que no y se inventaba alguna excusa para librarse de la pesadilla de tener que ser sociable. Era de ese tipo de personas que prefería más estar entre la oscuridad de su habitación leyendo algún buen libro mientras se toma una taza de café o mirar alguna película arropada entre las cobijas.
No necesitaba a alguien más si se tenía a ella misma, o es lo que solía decirse a si misma para no sentirse mal por su aburrida vida. A veces se sentia sola, y es que ese es el problema de la soledad.
Los seres humanos siempre necesitaremos de la compañía de alguien, es una necesidad básica y fundamental; el generar lazos con las personas que nos rodean.
No es que Jennifer estuviera sola, pero así se sentía ella. El sentimiento fue mucho más fuerte cuando se tuvo que mudar de su antigua ciudad para tener que terminar en dónde está ahora. Había tenido que dejar atrás a sus amigos - los pocos que tenía - y a su novio.
Vivir con su padre era la peor cosa que le pudo haber pasado, el era de ese tipo de papás ausente pero presente, tal vez eso es lo que la ha llevado toda su vida a ser tan apática y evitar a toda costa tener que interactuar con alguien. Tal vez por eso cuando alguien le demostraba una pequeña cantidad de cariño ella se sentía amada.
Se odiaba a si misma por eso, por pensar que todas las personas que la rodeaban y le decían cosas bonitas la amarían incondicionalmente por siempre, por pensar que la gente siempre era buena y nunca le haría daño, por pensar que los demás son diferentes a su padre porque no, no lo eran.
Volvió a marcar al mismo número, mismo número que consecutivas veces la mandaba a correo de voz, estaba desesperada, necesitaba una señal de vida por parte de el, que se manifestará, que por lo menos le dijera que la extrañaba y que la estaba pensando. Lo mismo pasaba cuando llamaba a Emilia, su mejor amiga, o eso era lo que ella pensaba que eran hasta entonces.
Se hecho en su cama, boca abajo, tratando de evitar que las lágrimas se apoderaran de ella. Sabía que no valía la pena llorar por ellos, nunca valieron la pena, pero a pesar de todo, ella en el fondo sentía que valían la pena, a veces se arrepentía de ser tan sensible, tan sentimental.
Tuvo que secarse las lágrimas cuando oyó la voz de su padre llamándola para comer.
Se levantó de la cama, camino hacia al baño y se miro frente al espejo. Estaba totalmente demacrada, como si un carro la hubiera arrollado. Abrió lentamente el lavamanos y lavo su cara. Tal vez debía de empezar a cambiar, dejar que la opinión de los demás no le afectará tanto como quisiera, dejar de vivir detrás de personas que no le aportan en nada, pero eso no es tan fácil y lo sabe. Mucho menos ahora que se encontraba de vuelta en ese lugar, no quería ni salir de su casa por miedo a tener que encontrarse ciertas personas que en su pasado la ayudaron a salir de aquel pozo negro en el que se encontraba.
