Jungkook:
20 de diciembre de 2014.- Eres tonto, sabes que no haré eso - me quejé con Jimin.
- Cuando te vallas a Estados Unidos me tienes que presentar alguna chica - él siguió con lo mismo, ni que no pudiera conseguirlas solo.
He recibido una beca de Arquitectura en la universidad de Harvard, mi madre se ha alegrado muchísimo, estoy loco por contarle a Jia, sé que se pondrá feliz de que lo halla conseguido.
- Espero que no me dejes abandonado - continuó parloteando el rubio.
- Hola, cielo - contesté con una sonrisa la llamada entrante de la chica que me trae loco.
- ¿Estás ocupado ahora? - qué seca.
- ¿Por qué?
- Necesitamos hablar sobre algo importante - aquí pasa algo.
- ¿Estás bien?
- Te espero en el parque de la escuela.
- Estoy con Jim..¿Jia?
¿Me ha colgado?
- ¿Vienes conmigo? Jia quiere verme.
- ¡Qué no demore!
Tal vez ha tenido algún problema en casa o le ha ido fatal en la asignación de becas, no, eso no puede ser, ella es alumna estrella.
- ¡Ahí estás bruja! Casi nos congelamos - gritó Jimin al verla caminar hacia nosotros.
- Jimin. ¿Te molesta si hablo con Jungkook? - parece que no está de humor - A solas.
- ¡Ah, sí, claro! Luego nos vemos chicos - se despidió él.
- Tengo una muy buena noticia - le giré por los aires, quiero que cambie ese humor de perros aunque sea conmigo, es su cumpleaños para que esté así de amargada.
- Jungkook - comenzó a hablar cuando le dejé tocar el suelo - Yo - cerró los ojos respirando profundamente, ésto no me está gustando - Nosotros debemos terminar.
- ¿Qué? - escuché mal, sí, tiene que ser eso.
- Que debemos ter..
- Lo escuché perfectamente, Jia - le interrumpí, ya me ha hechado a perder mi maravilloso día - ¿Qué tipo de broma es ésta? Porque lo es, verdad - ella negó bajando la mirada cuando comenzó a llorar.
Levanté su rostro lentamente, odio que no me miren cuando me hablan.
- ¿Te hice algo? - me atreví a preguntar, sé que no he hecho nada. Ella solo negó - ¿Te maltraté? - volvió a negar - Dime qué pasó - rogué, estoy al perder la maldita cabeza.
No, no entiendo, ayer estábamos bien.
- Dentro de una semana es mi boda - por fin me miró.
Esto es desagradable para mí y duele.
- ¿Boda? ¿No que el único hombre en tu vida era yo?
- No me hagas ésto más difícil de lo que es, por favor - sollozó.
¿Difícil? ¿Y yo cómo me siento? ¿No tengo sentimientos, acaso?
- ¿Con quién te casas? - su familia tiene que estar metida hasta los huesos en este embrollo.
- Yo, debo irme ahora - se marchó así como así, ni siquiera supe cómo debía reaccionar a tal noticia.
- ¡Jia! - grité antes de que se alejara más - Feliz cumpleaños.
Espero que tú sí seas feliz porque yo no sé si podré.
Horas más tarde.
Continúo observando la bola de cristal adornada con nuestra foto, fue su regalo de la navidad pasada.
Cada segundo percibo que flaqueo más.Volví a mirar la pieza entre mis manos, comenzando a llorar, con una estúpida sonrisa en mi estúpida cara, sintiéndome estúpidamente fatal.
¡Ya no quiero verla!
Aventé la bola contra la pared de mi cuarto rompiéndola en mil pedazos y así es como me siento sinceramente, roto, destrozado.
- ¡Jungkook ábreme! - demandó la voz de mi madre desde el otro lado.
- ¡Déjame solo, no quiero ver a nadie!
- Sabes que no me iré y continuaré molestándote hasta que me abras la maldita puerta - bufó, por qué no puede dejarme en paz.
- ¿Qué quieres? - abrí de una vez.
- Ayudarte - dió un paso hacia mí y ya no pude más, me tiré a sus brazos a llorar desconsoladamente como si fuese un pequeño.
Nunca pensé que el amor dolería tanto.
- Dime qué pasa, mi niño - acarició mi espalda con cariño.
- Hemos terminado mamá - sollocé en su hombro, me da vergüenza, además que trae una linda blusa puesta y la estoy mojando con mis tontas lágrimas.
- ¿La haz dejado? - negué - Terminó contigo - afirmó en un suspiro, hasta escucharlo me aflige.
- Se va a casar - me separé de ella para mirarle, qué estará pasando por su mente.
- Hay más chicas en este mundo..
- Yo la quiero, mamá.
- Lo sé, pero tienes que superarla.
- No podré.
- ¡Claro que sí! Eres fuerte como yo, mira - enseñó los músculos de sus bíceps sacándome una pequeña sonrisa, la adoro.
- Para mí no existe nadie a quien pueda amar más que a Jia.
- No digas eso, verás que en unos días entenderás mejor - besó mi mejilla y volvió a abrazarme.
27 de diciembre de 2014.
Ha pasado una semana desde que no sé de ella, una semana que ha sido un infierno, una maldita semana en la que no me he enterado con quién se casará y se supone que mañana será su boda.
- Y entonces le dije, eso no es jabón que se gasta ni hilo que se revienta. Parecía un ternero acabado de nacer - ni siquiera sé de qué está hablando mi amigo.
Hoy por fin es nuestro baile de graduación. Jimin y mi madre me han arrastrado prácticamente hasta aquí. Ya dije que no quiero verla y sin dudas ella llegará pronto.
- Oye, estás más rojo que tu tinte de cabello - me molestó mi amigo.
Efectivamente, ella está ahí, luciendo perfectamente hermosa, como siempre.
Nos miramos, pero sus lindos ojos oscuros no me dicen nada, no está feliz de verme.
- Jimin iré por una bebida - inventé la primera excusa para alejarme.
- Oye - una chica obstruyó mi camino y no la reconocí, es la primera vez que la veo.
- ¿Sí?
Simplemente tiró de las solapas de mi americana estampando sus labios color carmín a los míos.
¿Pero qué? ¿De dónde salió ésta loca?
Bueno, ya está, ahora soy libre de besarme con cualquiera.
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VALS OF THE BUTTERFLYS // JUNGKOOK
FanfictionDonde el tiempo, ni el odio limita a dos enamorados amarse incondicionalmente.