UNO

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Hyungwon se encontraba inclinado sobre uno de los escritorios que habían en la biblioteca de su facultad. Estaba tan compenetrado con su tarea que ni siquiera se dio cuenta cuando alguien más se puso a su lado.

—Hyungwon... —le llamó Minhyuk con tono suave.

El recién llegado sonrió de lado cuando su amigo dio un salto por el susto y dejó caer las partituras a medio hacer que traía entre las manos.

—Maldita sea —murmuró con malestar el más alto, alzando las hojas del suelo—. ¿Qué quieres ahora?

Alzó la vista para ver a su amigo con cara de disgusto, pero rapidamente su ceño se apretó en confusión al ver lo que traía con él. ¿Por qué motivo Minhyuk tendría en su posesión, un miércoles a media mañana, un delantal de mozo o de ayudante de cocina?

—Okey, tienes mi completa atención... ¿Qué rayos haces con eso? —le dijo unos segundos después, dejando de lado su tarea sobre el escritorio.

Minhyuk sonrió completamente, acercándose para quedar de frente al contrario, sosteniéndole la mirada en silencio para terminar de romper los nervios al más alto.

—Pues... Lo que sucede es que te he conseguido un nuevo trabajo —movió su mano para que la tela ondeara en el aire—. Un restaurante en Gangnam. Pagan bien y son pocas horas por la tarde-noche, ya puedes agradecerme luego.

—Wow... —fue cuanto pudo decir Hyungwon. Miró el delantal blanco entre los finos y largos dedos de su amigo y un millar de pensamientos rondaron por su mente.

Estaba en su ultimo año de carrera dentro de la Universidad Nacional de Artes de Corea para ser un pianista profesional dentro de la Escuela de música y se esforzó demasiado durante la secundaria para poder conseguir la media beca que le brindaron sus profesores, sin embargo, llevaba años trabajando en diferentes horarios para poder costearse sus estudios ya que sus padres desde el pequeño pueblito en la provincia de Gwangju y siendo granjeros no podrían ayudarle mucho más de lo que ya podían por cumplir su sueño. Era por eso que ya contaba con varios ahorros de trabajos anteriores pero, de igual manera, estaba en busca de nuevas oportunidades laborales.

Sin embargo... Esperaba que no fuera lo que él creía que fuera. Confiaba en que su amigo no hubiera confundido el puesto laboral al que aspiraba conseguir.

—De igual manera, sabes que yo no tengo experiencia como chef, ¿verdad?

Minhyuk soltó una risotada en alto y luego tosió varias veces para disimularla y evitar así ser regañado por alguna autoridad de la biblioteca.

—Lo sé bien, solo que quería ver la cara de tonto que hacías al ver esto —dobló con manos expertas la tela y luego la metió en su bolso de marca—. Es una oferta para musicalizar las veladas de los peces gordos. Tendrías que ir por unas horas, tocar maravillosas obras de arte que solo tus dedos saben tocar, y luego regresar a tu casa con billetes en tus bolsillos.

La cara se le iluminó ante aquel panorama, parecía ser algo demasiado sencillo para dejar ir semejante oportunidad.

—Eres un genio, MinMin, muchas gracias.

—De nada, nene, te lo mereces —le dijo él, con una sonrisa en el rostro.

—Tengo media hora antes de mi próxima clase, ¿te invito el desayuno como retribución?

Minhyuk amplió la sonrisa y luego negó suavemente con la cabeza. Nunca le pediría un pago de algún tipo por ayudar a su amigo cuando más lo necesitaba, tener su amistad sincera ya le era suficiente a él. Sin embargo, Hyungwon sabía cuanto le gustaba a Minhyuk los bollos de crema que vendían en la cafetería del primer piso, por lo que se acercó a su lado y pasó su mano por el hueco del brazo contrario para que este le escoltara fuera del lugar.

The secret || HyungkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora